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1, enero 2024 - 13:00

┃ Yael Rueda

Rey del Fuego sabe que estar fuera de casa es muy difícil / Foto: Martín Montiel

La relación entre Rey del Fuego y su papá era muy distante. Pocas veces recibía el afecto de su padre, principalmente porque era raro cuando él estaba en casa. El gladiador no entendía la razón, sin embargo, un día, en la búsqueda de un deporte que lo ayudara a dejar de ser inquieto en la escuela, se encontró con que su progenitor también era un luchador.

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“Desde que estaba muy pequeño ya veía la lucha libre en televisión. Cuando me impactó más fue cuando vi a Místico e Hijo del Santo para Averno y Mephisto en la Arena Neza. Ahí es donde me llegó más la curiosidad. Llegué a entrenar lucha libre y mi papá era luchador. Yo me di cuenta que mi papá era luchador, yo no lo sabía. Llegué a entrenar y cuando me presentan a mi maestro, resulta que es mi jefe. Fue ahí cuando se dio el acercamiento con mi papá.

“Me iba a entrenar con él, a luchar con él, ya tenía el cariño de mi papá. Después de cinco años fue cuando empecé a desenfocarme de con mi jefe para pisar otros lugares, tener otros maestros. Por ejemplo, tengo de maestros a Herodes, Black Terry, Mr. Mike, Mr. Cóndor y mi papá Sexy Rubí”, agregó.

Sobre la relación que tenía con su papá hasta antes de que ambos comenzaran a compartir tiempo en el gimnasio y las funciones, destacó que no era muy amoroso con su familia.

Como no nos conocía no era muy amoroso. No teníamos esa confianza, esa comunicación, lo veíamos y ya, pero cuando me di cuenta que era luchador y ya fue más fácil la confianza, la comunicación, las salidas, las comidas, le contaba más de lo que me gustaba hacer, involucró muchas cosas. Hasta mi mamá nos veía diferente, yo creo que ahí ya congenió muy bien con nosotros”, explicó.

REY DEL FUEGO LAMENTÓ SER AHORA QUIEN FALTA EN SU HOGAR

Rey del fuego aseguró que nunca pasó por su mente que la ausencia de su padre se debiera a que constantemente estaba trabajando fuera de la ciudad. Más allá de eso, el gladiador abrió su corazón y relató sobre su vida ahora que tiene una hija.

“Cuando me di cuenta pues sí dije: con razón no estaba con nosotros. Y ahora que yo soy el luchador también le he faltado mucho a mi familia. En épocas importantes como navidad, año nuevo, he faltado por irme a luchar fuera, pero es porque el trabajo de luchador es muy difícil. A veces la pareja sentimental quiere algo, pero el trabajo te absorbe mucho, tanto entrenamientos como eventos de lucha. No te podría explicar ese sentimiento de faltarle a tu familia“, se sinceró en charla con ESTO.

“Sí, por mi hija, porque es la que está viviendo lo que yo viví de chiquito, pero sé que en algún momento así como yo lo entendí, ella lo va a entender. Si ella quiere ser luchadora adelante, pero si no, por lo menos sabe por qué falté. He estado en muy pocos momentos importantes, así es la lucha. Más que nada por su mamá que ella dice que no quiere esta vida para su hija, pero sé que lo va a entender”, añadió.

Reconoció que no le gustaría que su pequeña se dedique al mundo de la lucha libre, pues todo lo que se habla de acoso de parte de los promotores es uan realidad.

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“Quien sabe. Yo creo que ella se va a dar cuenta. Desde muy chiquita yo veía que se caía y no lloraba, los golpes solo se sobaba y se paraba. Maromeaba, caminó desde el año, la dejabas caminar sola y hacía su despapaye. Trae la sangre de luchadora y si esto le gusta lo va a hacer aunque yo no quiera. En algún momento se lo voy a decir. Honestamente no me gustaría verla sufrir en muchas ocasiones. Entre acoso, porque es real el acoso de promotores. No me gustaría. Si crece, que lo haga por su talento, pero no me gustaría al 100″, cerró.