Un clásico apoyo. Cruz Azul no estuvo solo previo a su partido más importante del Apertura 2023 en su fase regular. No importa su posición en los últimos lugares de la clasificación, su mala racha ante su próximo rival o si lucen como la víctima en el duelo ante las Águilas del América. Su fiel afición los acompañó hasta el último minuto y fue demostrado con una serenata cementera en el hotel de concentración del equipo.

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Los cánticos empezaron a todo volumen, con todo y un telón de más de 30 metros que adornó las instalaciones con la frase “Un sentimiento que no morirá”. Los jugadores celestes no tardaron en salir para acompañar a sus aficionados en la fiesta celeste al sur de la CDMX con bombas de humo y pirotecnia. Cada futbolista recibió una bandera con el escudo del equipo y cada uno la ondeó con emoción. Los jóvenes Erik Lira, Charly Rodríguez, Uriel Antuna y Sebastián Jurado fueron los más animados. También Kevin Castaño y Moisés Vieira se unieron a los brincos, sorprendidos por lo que estaban viviendo por primera vez.

Entre la multitud brillaron un par de banderas gigantes con dedicatoria especial a los capitanes actuales de la institución. Juan Escobar e Ignacio Rivero las admiraron de lejos, pero después se les fueron entregadas y tanto el paraguayo como el charrúa las ondearon con gran pasión, mientras el público asistente, un poco más de 200 personas, se lo celebraron en grande.

La afición de Cruz Azul alentó a sus consentidos

El festín no terminó ahí. Después hubo reconocimientos especiales a algunos futbolistas. El primero fue Willer Ditta. El defensa colombiano agradeció el gesto. Después fue para el portero Sebastián Jurado y por último para Juan Escobar. Los jugadores más queridos de la afición. Los cánticos también le tocaron a Joaquín Moreno. Un tanto nervioso, el director técnico salió de entre las sombras y levantó el puño en señal de aprobación.

Hasta el director deportivo, como todo una leyenda de la institución, se llevó una gran ovación. “Se llama Óscar Pérez, él es el más chingón“, se pudo escuchar.

La afición de Cruz Azul ya hizo su parte. Ahora le toca al equipo responder a las expectativas y cambiar su reciente historia con una victoria ante su odiado rival deportivo. De ellos depende.

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