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19, abril 2023 - 17:36

┃ José Ángel Rueda

Fernando Hierro demostró sus conocimientos como directivo desde su primer torneo en Chivas | Foto: Mexsport

Había que verlo mandar en la defensa del Real Madrid para saber que nada de lo que pasa con Fernando Hierro es casualidad. Bastaban un par de gritos con su inconfundible tono andaluz para que el mundo se alineara. Conocido como el “Mariscal”, por su capacidad para ordenar su entorno, el español lo ganó todo como futbolista, ahora intenta hacer lo mismo desde puestos directivos.

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Fernando Hierro llegó a las Chivas en octubre de 2022, en medio de las voces que hacían evidente la contradicción. Había quien no veía lógica en que fuera un extranjero quien tomara las decisiones en una institución cuya ideología apunta precisamente a confiar en el talento local, pero en Guadalajara urgían fórmulas nuevas. Ante las dudas, Hierro lanzó una sentencia el día de su presentación: “El futbol es del mundo, no tiene colores, es del pueblo, de la gente. Cada país, cultura y liga es diferente, pero evidentemente analizamos”.

Tras su retiro como futbolista, a mediados del 2005, Fernando Hierro delimitó el camino. Ya sea en las oficinas o en el banquillo, mantendría su cercanía con el césped. Cuando una figura de su magnitud pretende cambiar de rol, no es fácil calibrar las expectativas. El español se consagró como capitán del Real Madrid, equipo con el cual jugó 601 partidos y anotó 126 goles. En su palmarés reposan tres Champions League, cinco ligas y una Copa del Rey. ¿Qué sigue después de todo eso?

Al poco tiempo de haber terminado su carrera como jugador profesional, Hierro asumió el cargo como director deportivo de la Selección Española. En su etapa como futbolista vistió la camiseta roja en 89 ocasiones, pero quedó lejos de los éxitos que la afición reclamaba a una generación brillante.

Como directivo pudo cobrar viejas revanchas. Era el 2007, los tiempos de Luis Aragonés, los albores de una generación dorada. Tras la salida del técnico artífice del campeonato de la Eurocopa 2008, a Hierro le tocó buscar un sustituto y apostó por Del Bosque, estratega con el que coincidió en el Real Madrid.

A pesar de que la apuesta era relativamente segura, los resultados acompañaron y España se consagró como campeona del mundo. El éxito tuvo varios artífices, con Hierro como uno de ellos.

A su salida, en el 2012, buscó el éxito con el Málaga. A la vista de las proporciones, la gestión de Hierro llevó al cuadro malagueño a la Champions League, la competición de los suspiros, al meter al equipo entre los ocho primeros.

Inquieto, pese a la calma que proyecta, Hierro probó suerte en los banquillos, como auxiliar de Ancelotti, también en el Real Oviedo, y hasta en la Selección Española, en Rusia 2018, para apagar el incendio que generó el repentino despido de Julen Lopetegui.

El futbol, que otra cosa va a ser, lo llevó a Chivas, como un grito desesperado de Amaury Vergara. “Chivas tiene una identidad, una forma de ser y es diferente al resto. Es algo por lo que di el paso de venir, estoy contento y feliz, sé que es un trabajo duro y largo, pero estoy aquí. Acepto el reto con mucha naturalidad, esto es futbol, venimos con un plan, sabemos lo que queremos y venimos a trabajar. Pasión tenemos, ilusión tenemos y con todo lo que piensa el club, estoy ilusionado con la idea y con el proyecto”, dijo en su presentación.

Entre sus primeras decisiones importantes fue llevar a Veljko Paunovic, un técnico enigmático que encendió nuevamente el debate. También puso orden y terminó con los escándalos de indisciplina que tanto daño le habían hecho a Chivas en el pasado. Hoy las Chivas han vuelto a ser un equipo competitivo, de la mano de su nuevo mariscal.