Ya se sabía, que los ánimos estarían caldeados en el estadio José Dellagiovanna para el partido entre Tigre y Sao Paulo, en la Copa Sudamericana. El recuerdo de aquella noche del 2012 en la que el plantel argentino fue amenazado y golpeado en pleno vestidor por la policía del estadio Morumbi al medio tiempo de la final aún está fresco; Tigre no saltó al campo para el segundo tiempo y el Sao Paulo se proclamó campeón de la Sudamericana tras haber disputado sólo 45 minutos, sin que nadie pudiera hacer nada.

TE RECOMENDAMOS:Amenazas con pistola y golpes; así fue la final entre Tigre y Sao Paulo en la Copa Sudamericana

El destino volvió a cruzar a ambos equipos, ahora en la fase grupos, y a pesar de que han pasado más de 10 años de ese acontecimiento, el deseo de revancha dominaba el ambiente. La situación para Tigre, sin embargo, les jugó en contra con una situación insólita, los hinchas confundieron los camiones y en lugar de agredir al visitante agredieron a los suyos.

La información se dio a conocer a través de diversos medios argentinos. Cuando el camión que transportaba a Tigre partió rumbo al estadio, fue interceptado por las barras locales, quienes quisieron meter presión y amedrentar al equipo rival sin saber que dentro del autobús viajaban sus propios jugadores.

LOS DAÑOS DE LA AGRESIÓN AL AUTOBÚS DE TIGRE

Piedras y todo tipo de objetos rompieron algunos cristales, en una situación plagada de tensión. El error se supo cuando el mediocampista Agustín Cardozo publicó en sus redes sociales una historia donde se ve una ventana quebrada y una piedra de tamaño considerable. “Rescantense que somos nosotros”, escribió el futbolista, y a pesar de que poco después borró la publicación, ya era demasiado tarde.

El partido, ya dentro de la cancha, también fue tenso. Fiel al estilo sudamericano, el primer tiempo fue ríspido y trabado. No hubo goles, pero sí amarillas. En 25 minutos el silbante ya había amonestado a dos jugadores por bando.