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29, enero 2023 - 17:19

┃ Yael Rueda

Las Eagles estarán en el Super Domingo en Arizona / Foto: AFP

Los errores e infortunios de San Francisco fueron determinantes para que se concretara una paliza a favor de Filadelfia en la final de la Conferencia Nacional.

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Las Águilas ni siquiera tuvieron que emplearse a fondo para derrotar (31-7) a unos 49ers que fueron víctimas de sus propios castigos, en un pletórico Lincoln Financial Field.

El líder de la NFC hizo su trabajo durante la primera mitad, y ahorró energías en el complemento para instalarse en el Super Bowl por cuarta ocasión en su historia.

EL JUEGO

Unos minutos de juego bastaron para que la visita se complicara sus opciones. Filadelfia inició con fuerza, con una serie ofensiva donde trató de explotar la única debilidad que tiene la defensiva de San Francisco: la secundaria.

En la primera serie movieron las cadenas a placer, con 11 jugadas para 66 yardas en poco más de cinco minutos donde se decretó el primer touchdown cortesía de Miles Sanders.

Ya con ventaja en el marcador, muy pronto llegó el segundo golpe de la escuadra de casa. Ahora fue por conducto de la defensiva, la cual provocó un fumble del novato Brock Purdy. Si bien no sacaron puntos del intercambio de balón, sí mermaron físicamente al #13. El liniero Hasson Reddick volvió a castigar a Purdy en la siguiente serie con una captura que le provocó una lesión en el codo derecho.

Los 49ers vieron como su quarterback sensación salió lesionado y le dio entrada a su cuarto pasador (Josh Johnson) en lo que va de la temporada.

El plan de juego cambió para San Francisco y se concentraron en correr, correr y correr con Christian MacCaffrey. Al principio les funcionó con una anotación que igualó la contienda (7-7) al comienzo del segundo cuarto, pero era imposible seguirle el ritmo al líder de la NFC.

Las Águilas anotaron dos touchdowns por la vía terrestre, uno de ellos aprovechándose de un error infantil de Johnson. La diferencia ya era de 14, y con la incertidumbre de su quarterback, parecía misión imposible para los 49ers. Y lo fue.

Para variar, en la segunda mitad el suplente Johnson sufrió una conmoción cerebral que lo sacó de la contienda, necesitando que Purdy regresara al emparrillado, aunque lo hizo lesionado e incapaz de lanzar envíos de más de 10 yardas.

Lejos de relajarse, Filadelfia consiguió otra serie ofensiva hasta la zona prometida. Tal fue la superioridad, que la mejor defensiva de la liga se cansó de cometer errores, víctima de su desesperación. Fueron un total de 11 castigos para 81yardas. Imposible soñar con el triunfo luego de tantos errores.

El resto fue historia. Al partido le sobraron más de 20 minutos, con el público en el Lincoln Financial Field celebrando un nuevo viaje al Super Bowl.

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