Deben ser muy pocos aquellos que durante su infancia no han pateado un balón hacia una portería rudimentaria, delimitada con piedras, palos, o con cualquier otro material o inclusive imaginaria; o quienes disputaron un reñido partido en el futbolito de madera que resonaba con fuerza ante los rebotes de la pelota entre las barras que retienen las figuras de los jugadores, que se mueven con mayor o menor velocidad, de acuerdo a las habilidades de las manos que las manejan.

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“¡Gooooool!”, nada se compara a la sensación de felicidad que recorre todas las fibras del cuerpo, cuando se concreta una anotación en esas tempranas edades. Esos niños pueden pasar horas y horas participando en juegos que involucren cualquier manifestación del deporte más popular del mundo. Estuvieron soñando con ser alguna de las figuras del equipo de sus amores. 

Con ello, forjaron parte de lo que serán los mejores recuerdos de su niñez y pusieron la mira en la competencia reina del fútbol soccer: La Copa del Mundo o más coloquialmente llamada El Mundial. 

Cuando crecieron, sí contaron con la posibilidad económica asistieron a alguno, o, a todos “Los Mundiales”, disfrutaron de las hazañas en la cancha, sufrieron si la selección de su país no pudo volver a alcanzar “el quinto partido”. Lo vivieron en directo o a través de una pantalla, pero, el fondo de su corazón y de su cerebro siempre los hará volver a la primera portería en que anotaron o al futbolito en el que gozaron, inclusive si es que lo construyeron con cartón y lo decoraron con pintura de agua.

A los artistas plásticos les sucede lo mismo, salvo que ellos crearán arte: pinturas o esculturas que podrán apreciarse en una galería. Así le ocurrió al mexicano Francisco Javier Vázquez Estupiñán, conocido como  “Jazzamoart”, quien desde 1986, con motivo del Mundial México 86 entró a una convocatoria para hacer un cuadro y terminó montando una exposición sobre el tema. Ahora, 36 años y un total de diez ediciones después de la Copa del Mundo, monta una nueva exposición pictórica con motivo del Mundial de Qatar 2022.

Por ello, este viernes 11 de noviembre, el pintor guanajuatense “Jazzamoart” inaugurará la muestra llamada “Goles de Pintura”, con 35 obras, diez de las cuales son inéditas y ESTO las tiene en exclusiva. Permanecerá abierta por un mes en la sede de MAD en la Ciudad de México, en Santa Fe y se podrá visitar con previa cita. 

Ésta, se suma a sus exhibiciones previas en torno al balompié,  tituladas: “La farándula de la Patada”, en la Galería Chumacero en 2002; “Beboperas y balones”, en la Fundación Sebastián, en 2006; “Pasión por la pintura y el futbol”, en el Hotel Presidente Intercontinental en 2010; “La vuelta al balón en 80 mundos”, en el Salón Des Aztecas en 2014; “Pasión por tus colores”, en Gostiny Dvor, Copa Mundial de la FIFA, Moscú, Rusia, en 2018; “Pasión por el arte del futbol”, en el Museo Interactivo Mundo Futbol, en Pachuca en 2019.

Para esta ocasión se editó un catálogo que contiene imágenes de las obras y textos sobre las mismas, escritos por Roberto Gómez Junco  y Juan Pablo Estrada Michel.

Respecto de “Jazzamoart”, pintor y escultor, Roberto Gómez Junco, uno de los mejores comentaristas de la televisión actual, escribió: “Después de su pasión por la pintura surgió la del futbol, cuando el barrio capitalino de San Pedro de los Pinos lo contagió con su espíritu balompédico en los años sesenta, cuando su padre fundó una liga, en la época en la que él jugó en la de Tacubaya en la Ciudad de México, ‘que era una liga brava pero donde aprendías algo más que futbol’”. 

Continúa el otrora jugador de las chivas del Guadalajara: “Esa acendrada afición y su aguda percepción de este juego quedan plasmadas en sus óleos sobre tela, pero también sobre balones, futbolitos y esculturas”. 

Recopila además declaraciones del pintor: “La pasión, la garra y otras cosas me ayudaban a divertirme, a dar el ancho para alternar con amigos, compañeros y contrarios.”. A ‘Jazzamoart’ le hubiera encantado ser futbolista, “aunque fue un sueño guajiro”, y aquilata en similar medida la pasión que siente al pintar y al jugar; pero la diferencia es que se expresa mejor con las manos que con los pies, y su profundo conocimiento del oficio que abrazó le permite abarcar otros temas”. 

Por su parte. Juan Pablo Estrada Michel, escribe: “La experiencia humana física, auditiva, emotiva por radio al cuadrado; el balón que se siente y rueda en la mente y en el lienzo, mientras en las calles un grupo de niños juega entre tierra y asfalto, portando igual una vieja playera desgastada, un uniforme recién comprado o una bolsa de plástico que destaca sobre los zapatos de la escuela”. 

“Ahí está sonando la rítmica melodía de un pincel inspirado y sincero, con la técnica del más dotado de los dieces, la fuerza de un líbero incansable y la ágil destreza del arquero. Es pintura, sí, pero suena con la algarabía del saxofón en una tribuna y el silencio de un balón que espera, paciente, la pegada del pie bendito que lo impulse con fuerza hasta la caricia de una red universal”. 

Continúa en su texto: “Ahí está el maestro ‘Jazzamoart’ que conocemos y reconocemos, como en cada Mundial o campeonato de sus Chivas. Artista y obrero. Creador y partícipe. Jugador en labores, rescatando lo genuinamente humano: el arte de jugar. Es el maestro en pleno, haciendo de un juego arte y del arte un juego”, concluye.

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SU “LADO B”: ARTE TAURINO

Durante las temporadas de corridas y de novilladas que se realizan en la Monumental Plaza México, es común ver al maestro “Jazzamoart”, desde temprana hora, comprando libros en el puesto de Pepe Rodríguez. 

Lo anterior se debe a que otras de las aficiones de este artista es la tauromaquia, por ello, es creador de obras de este corte que cuelgan en las casas de taurinos con gran capacidad económica, pues esos trabajos se cotizan a altos precios.

Aunque nació en Guanajuato, creció en Guadalajara, donde siendo niño tuvo oportunidad de ver torear y de pedirle el autógrafo a toreros como el maestro Manuel Capetillo. 

Es autor de la escultura en bronce que concibió bajo el nombre de El Minotauro, inspirado en el ser mitológico de la literatura griega, al que le puso su toque de modernidad y sello personal, con la cual, la Peña Taurina 432, premia a los triunfadores de La México, desde 2012.

Además, decoró con su arte elaborado con pintura acrílica, las tablas del ruedo del máximo escenario taurino del país, para la Corrida Guadalupana que se realizó en el año 2019. Se trató de 114 paneles que constituyeron el lienzo en el que trazó la obra titulada: “El olé de la México”. 

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