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22, febrero 2020 - 18:55

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ADRIÁN-ALDRETE

POR RUBÉN BERISTÁIN
FOTOS: RAMÓN ROMERO Y LUIS GARDUÑO

El norte no manda en la Ciudad de México. Cruz Azul es el auténtico jefe, si de enfrentar a Tigres se trata, y su paternidad ante los felinos, ayer, volvió a aparecer.
Luis Romo demostró su valía y abrió el marcador en el estadio Azteca, Javier Aquino por poco lo niega, pero Adrián Aldrete dijo ‘Aquí sí mandan los capitalinos’. 2-1 final.
Jesús Corona anda intratable y están afinados para los Octavos de final de vuelta de la Concachampions.
Tuca Ferretti tuvo un cumpleaños amargo y su juego predecible, con una nómina millonaria, ya no sorprende en la Liga MX. Tigres sumó su cuarta derrota consecutiva como visitantes y están lejos de su mejor futbol y también de Liguilla.

EL JUEGO
Cuando el técnico Robert Siboldi ya había encontrado a su mejor cuadro, tuvo que hacer modificaciones obligadas por las lesiones que no dejan en paz a sus jugadores. La lógica prevaleció en el uruguayo. Luis Romo dejó el mediocampo y volvió a la central, debido a la ausencia de Pablo Aguilar. El sabor peruano volvió con Yoshimar Yotún, quien se hizo cargo del centro del terreno de juego, lo demás no cambió.
Ricardo Ferretti, consciente del peligro ofensivo de La Máquina, no arriesgó en zona baja, su talón de Aquiles en los últimos partidos. Por ello, Francisco Meza, ya recuperado de su lesión, entró de último momento en la convocatoria y lo hizo para ser titular después de más de nueve meses sin ver acción. Mientras que el joven Eduardo Tercero volvió al banquillo de suplentes. Javier Aquino también regresó al once inicial. El Tuca arriesgó porque no quería una sorpresa cementera en el día de su cumpleaños número 66 y en su partido 1300 a nivel de clubes.
Los locales siguieron con su buena tónica de juego y muy rápido capitalizaron su dominio territorial. El balón parado fue la llave para abrir el cerrojo norteño. El dicho futbolero reza que dos cabezazos en el área siempre termina en gol, situación que sucedió en el Coloso de Santa Úrsula. Juan Escobar recentró y Luis Romo cerró y la guardó en la red ante la complicidad de Meza, que sólo denotó una gran falta de ritmo. El refuerzo celeste responde en el mediocampo, en defensa y hasta en el ataque. El segundo tanto con el club de su vida lo festejó a lo grande.
En la tribuna, la afición regiomontana puso el ambiente. “Y ya lo ven, somos locales otra vez”, coreaban al unísono en la zona alta del recinto. Ese ruido estruendoso de su invasión no contagió a los jugadores felinos ni un poco.
Jesús Dueñas y André-Pierre Gignac lo intentaron con disparos lejanos, pero Jesús Corona, con algunos problemas, los contuvo y salvó su meta.
Tigres despertó, con el ánimo de los suyos, pero el espectáculo fue solo de Chuy. El portero celeste fue la figura y de forma milagrosa sacó cada remate a su portería. Luis Quiñones no pudo vencerlo cuando era más fácil fallar. El colombiano, ante su garrafal falla, reclamó mano de Roberto Alvarado, pero el VAR le negó la posibilidad de penalti. Enner Valencia tampoco pudo con la actuación de Corona, quien dejó atrás los abucheos y disfrutó los aplausos.
Si bien Tigres dominó a placer los últimos instantes del primer tiempo, en el complemento Cruz Azul cambió la tónica. La plática de Siboldi de nuevo animó y los cementeros buscaron con ímpetu el tanto que diera tranquilidad.
Y lo consiguieron. Jonathan Rodríguez aprovechó una desconcentración de la mejor defensiva del torneo, y movió las redes. El recinto explotó en júbilo, pero de inmediato fue apagado por la marcación de fuera de lugar por una cabeza.
Uno de los jugadores más abucheados fue Javier Aquino. Cada que tocaba el balón, los insultos por su pasado cementero salieron a relucir, sin embargo, en una jugada los apagó de golpe. El mexicano tomó un rebote y la incrustó en la cabaña rival para una celebración incomparable con un beso al escudo felino, para que calara más su tanto del empate. Así cayó el primer gol nacional de Tigres en el torneo.
Si Javier dijo aquí no, Adrián dijo aquí si. Con un toque sutil en un tiro libre regalado por Valencia, Aldrete puso cifras definitivas con un bello tanto.
Cruz Azul es una realidad y ya ocupa los primeros puestos del Clausura 2020, mientras que Tigres continúan en la oscuridad absoluta.

ACCIONES

GOLES

PREVIA

El estadio Azteca abrirá sus puertas y enfrentará a dos equipos con realidades muy distintas, en la séptima jornada del Clausura 2020. La Máquina ya agarró rumbo, además de una gran velocidad y su objetivo cercano será seguir en esa racha positiva, pero los Tigres, en su visita a la capital, querrán ser ese obstáculo incómodo que descarrile las aspiraciones de los celestes.

Cruz Azul tiene el ánimo por los cielos. Cuentan con cuatro partidos consecutivos sin perder en Liga, además lograron la ventaja en Jamaica ante el Portmore United en los octavos de final de ida en la Concachampions. No conformes con ello, ostentan una ligera hegemonía contra su rival en turno, ya que en los últimos diez duelos contra los norteños únicamente han perdido en dos ocasiones, además de tres victorias y cinco empates. La única mala noticia que tendrán es la baja del líder de la zaga, Pablo Aguilar, quien sufrió una lesión en la rodilla y se perderá lo que resta de certamen. El paraguayo de une a las ausencias de Milton Caraglio e Igor Lichnovsky.

Los regiomontanos llegarán dolidos al Coloso de Santa Úrsula. Por el momento están fuera de zona de Liguilla, un futbol predecible con el Tuca Ferretti y con el sabor amargo de perder en la Champions League de la Concacaf ante el Alianza de El Salvador. Por si fuera poco, Tigres no ruge fuera del Volcán y perdieron de forma consecutiva en patio ajeno ante América, Pachuca y Santos, lo que lo convierte en el peor visitante del torneo.

Los felinos, así como los Cementeros, no han estado exentos de lesiones y llegarán con varias bajas. Eduardo Vargas, Jurgen Damm, Hugo Ayala, Diego Reyes, Francisco Meza y Jorge Torres Nilo no estarán disponibles.

La Máquina quiere arrollar al felino en un duelo que promete grandes emociones.