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8, diciembre 2017 - 21:52

┃ Miguel Angel García

PAG22-TARDE

Las bajas temperaturas Almoloya, Hidalgo, oscilan con intensidad, a diferencia de lo que se vive en el valle de México. Ahí, en el rancho Cuautlatilpan, se asienta la ganadería de Torreón de Cañas, donde su criador de reces bravas, Julio Uribe Barroso, junto a su hijo del mismo nombre Julio Uribe Curn y el grupo de vaqueros, hacían la faena campera para mostrar en el principal potrero una señora corrida de toros programada para el 17 de diciembre en la Plaza México, la cual será la presentación de Torreón de Cañas en este escenario.

Este hierro data de 1930 y fue propiedad de hermanos Rafael y Javier Gurza, quienes le venden a los hermanos, Luis y Guillermo Barroso Corichi. En 1948 la ganadería queda en manos de sus hijos Luis Javier Barroso Chávez y Luis Barroso Barona, pero en 1950 Luis Barroso se queda con la totalidad del hierro en 1950, pero como San Miguel Mimiahuapan casa ganadera que estaba en Tlaxcala.

En el 2005 Don Luis Barroso, empuja a su sobrino Julio Uribe a hacer criador de bravo y es así que Torreón de Cañas comenzó escribir su propia historia, para llegar a la catedral del toreo, a la cual hay que llevar un gran encierro, la cual merece esta plaza.

“Han sido muchos años de trabajo hoy más que nunca, estamos como familia muy contentos por saber que toros de esta casa será lidiados por toreros mexicanos, siendo esta la primera corrida de puros nacionales”, expresó Julio Uribe, quien como buen charro montado en su caballo arreó por la mañana al bonito encierro.

“Para llegar a esta corrida han sido muchos años de selección, originalmente de 52 ejemplares de esta camada, seleccionamos 10, los cuales están dignamente rematados para una plaza como es México, y de ahí escogimos seis para llevarlos a la plaza”, añadió.

 

LA TIENTA

Es mediodía, el sol cae y quema aplomo, el viento frío que bajó de la montaña enchina la piel y en la plaza de tientas Juan Pablo Sánchez se alista para tentar cuatro ejemplares de esta casa ganadera.

“Le tengo mucha fe a la corrida y venir a tentar aquí me da esa tranquilidad por saber el comportamiento. Hoy hemos visto una vaca extraordinaria y tres muy interesantes, las cuales ponen a prueba tu capacidad como lidiador”, indicó el diestro.

Sin duda ver al torero de Aguascalientes pelearse literalmente con una vaca la cual mostró esa raza, qué sin tener esa nobleza le ha permitido ver las condiciones de la lidia y dar con ello una cátedra de mando y temple. El comportamiento de la segunda puso más a prueba al torero que con base de consentirla  le pudo, para lograr engancharla por momentos a la muleta en una faena no fácil.

Sin embargo llegó la tercera, la cual tuvo las características que todo criador desea de un bovino bravo, ya que con esa pujanza, claridad, obediencia, fijeza  y desplazamiento. El ejemplar dejó sentir con su poder, que, si la quería lidiar le tenía que poder y así lo hizo.

“¡Sí nos sale un toro así nos va bien a los dos en México!” Le gritó el ganadero Julio Uribe a Juan Pablo quien respondió: “No uno ganadero, con la mitad de calidad y nos vamos alto”.

Si bien la última fue el granito en el arroz, al final del entrenamiento había cumplido su objetivo y así Juan Pablo Sánchez pudo evaluar lo que se avecina.

En esta labor de campo además del matador Juan Pablo Sánchez, participaron los novilleros Ricardo Fierro, Héctor Gutiérrez y  José María Mendoza, quienes salieron respectivamente en el turno por antigüedad y cada quien aprovechó lo que tuvo en suerte.