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Mira

12, febrero 2017 - 23:11

┃ José Ángel Rueda

nota-toros-flores

POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

FOTOS: CORTESÍA TADEO ALCINA

No logró salir a hombros para asegundar lo que fue su presentación en la Temporada Grande; sin embargo, el tlaxcalteca Sergio Flores ratificó su sitio y creciente madurez ante dos toros de Barralva que no le pusieron fácil las cosas al espigado diestro, viéndose por encima ante el segundo de su lote, frente al que patentó una labor de mérito respetable.

Por su parte, el torero de Murcia, Paco Ureña confirmó la alternativa que tomó en agosto de 2013 ante el mejor astado del encierro, de nombre No que no, numero 277 con 528 kilos, al cual faltó redondear; pero aunque acortó un tanto su faena de no haber pinchado le corta una oreja, ya que los pasajes fueron verdaderamente magistrales. Arturo Saldívar, el padrino de confirmación, se topó con un lote complicado; en su primero abrevió y en su segundo tampoco se acomodó.

A DESTACAR

Se lidió un encierro de Barralva, bien presentados impecables y algunos impresionantes de lámina, de juego regular; el primero destacó. No que no, ya que mereció arrastre lento por su bravura y calidad. El segundo se llamó Eso y más, que tumbó al caballo en contra querencia y desmontó al de la querencia natural, incierto para la muleta. Tercero, Comadroso, se fue a menos tras darse una voltereta por encajar los pitones en la arena, se mermó y no funcionó. El cuarto, Pitito, hecho y derecho, que empujó y peleó ante el castigo, impresionante toro que no se prestó. Quinto, Clavellino, sin nada que destacar y cerro plaza Mi Lic, deslucido, que no se dejó torear.

DEJÓ ESCAPAR EL TRIUNFO

Paco Ureña, de Lorca, España, saludó bien a la verónica y quitó por gaoneras anclado al piso. Con la muleta bien se emplearon toro y torero en tandas de calidad. Fue a más la labor del hispano por el mismo lado derecho, girando como tornillo en la arena, alargó el brazo en tandas cortas pero consistentes, muy bien embraguetado, tiró con temple, de aquí hasta allá. Intentó por el lado izquierdo, pero el astado levantaba mucho la cara, por eso mejor regresó a la carga por derecha para ejecutar dosantinas y cambiados por la espalda, dejó a lado el toreo en redondo. Lástima. Se fue tras el acero para pinchar, abandonó con ello su labor de muleta, misma que pudo redondear mejor de acuerdo a la calidad y bravura que mostró el astado. Dos estocadas en mal sitio fueron la rúbrica y arrastre lento al toro, bien merecido. Ni hablar, Ureña solamente unto a los presentes miel en los labios, pues tiene con qué para encajar en la Plaza México y ayer bien pudo demostrarlo.

Nada fácil fue el segundo toro de Ureña, un ejemplar bien puesto de pitones a rabo que acudía al engaño siempre con la cara arriba. El hispano le plantó cara y extrajo tandas de un mérito respetable, clavado en la arena como poste. El toro no abarató en lo absoluto lo que ofreció, pero tampoco le quedó más que atender el sitio y empeño de Ureña que pese a lo complicado del animal no se canso de citar a Pitito. Vaya que si expuso el torero frente a este imponente animal que no se dejó meter a la canasta ante ninguna invitación. Mal matando.

SIN TELA PARA CORTAR

Salió el primer toro de Saldívar, largo como tren, que pegó tremendo tumbó al picador de la contra querencia y desmontó espectacularmente al picador de la querencia natural, quedando el del castoreño, Carlos Domínguez, colgando del estribo, salvándose milagrosamente de la cornada gracias a las asistencias.

Se plantó Saldívar en el centro para iniciar con péndulos, inicio de una labor nada fácil, ya que el toro le planteó una situación complicada por lo incierto que fue. Saldívar lo intentó, pero no se quiso complicar las cosas y acortó la labor. Mal matando y no se salvó del aviso. Resulta que al no haber tela los toreros abrevian, cosa que muchas veces la gente no entiende y terminan dando el crédito al toro. Aplausos al toro en el arrastre, incomprensible.

Y si Pitito era un señor toro, Clavellino le dijo quítate que ahí te voy, pues vaya presencia del segundo ejemplar de Arturo, al que le colgaba con una badana prácticamente hasta el suelo. Salió el toro al ruedo sólo a observar, a cazar; en los lances de recibo tuvo que echar brinco al callejón el torero al hacer caso omiso a la capa su socio e irse por el de oro. Inició con doblones muy toreros el espada, que en cierta medida fue lo más destacado, ya que en lo consecuente Saldívar se topó con un toro reservón, sin calidad ni nada para resaltar y menos para que hiciera el toreo. Mal matando, ya con la bronca encima del público. Firme actuación, de mérito a resaltar.

LABOR RIÑONUDA

Sergio Flores saludó a la romería con lances de recibo cuando el toro, que llevaba extremadamente humillado el testuz, clavó los pitones en la arena para darse tremenda voltereta y caer cuál costal de arena. Habiendo salido de toriles con alegría, el toro se vio mermado en el tercer tercio, dando la impresión que la machincuepa lo dejó maltrecho. El astado tardó en acudir al engaño, amén que perdía las manitas en algunas ocasiones. Y aunque Sergio no dejó de cruzarse para hacer embestir al toro, mejor cambió el ayudado por el acero no sin antes dejar detalles de mucha valía y entrega.

El segundo de su lote no se veía como para ejecutar una faena lucidora; sin embargo, Flores se acopló a la embestida de un astado deslucido y aplomado, que no termino de romper. Sergio se impuso y obligó a embestir al socio, estando en todo momento bien plantado y seguro, viéndose por encima de animal gracias a la técnica que ha depurado mayormente el tlaxcalteca. Tuvo como colofón una serie de dosantinas pegado a tablas, a donde terminó el toro, para después dejar un pinchazo.