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El Pollo de Tlalpán. Daniel Reyes
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El Pollo de Tlalpan

12, septiembre 2017 - 13:31

El pollo de Tlalpan

Otro de los actos más increíbles que se recuerden en la historia balompédica nacional sucedió el sábado por la tarde en la hermosa perla de occidente, concretamente en el estadio Jalisco y aunque el dicho reza: no te rajes Jalisco, en ésta ocasión si se rajó; bueno, dicho mejor se rajaron en él

Como si se tratara de una liga de pueblo en un torneo molero, haga de cuenta una de la selección en el gabacho, la cancha no estaba en condiciones de ser utilizada debido a que el irresponsable responsable de la colocación de la pantalla se le vino la noche y la dejó a medio subir, a unos cuantos metros de la cancha justo en el centro del campo.

Todos los que llegaban al estadio se sorprendían por la magnitud del “desmais” los jugadores le pusieron humor y se tomaban fotos con risas burlonas.

Todos coincidieron en que era imposible echar patadas pues en algún momento la pelota rebotaría en la pantalla y peor aún, había el riesgo de que los cables que la sostenían se rompieran y convirtieran a un mediocampista en calcomanía.

Se esperaba entonces el veredicto final que habrían de pronunciar las “H” autoridades de la pelota nacional, la lógica, la regla, la prudencia y su prima la decencia indicaban que debían darle cran al conjunto rojinegro con los tres puntos por no tener su cancha en condiciones de ser utilizada vía una derrota automática de dos por cero.

Pasaba el tiempo y nada de información, hasta que luego de un ratón chincolo, anunciaron que el partido había sido pospuesto, no había derrota, no había multa solo un acuerdo por debajo de la superficie acuática.

De inmediato los cronistas del reino pegaron el grito en el cielo con toda la razón, pues se estaba violando el reglamento a plena luz de luna y nadie hacía nada.

Y es que desde hace tiempo que la fede se parece más a los malo que sucede en las sociedades poco ordenadas, se privilegia el trafico de influencias, que de botepronto parece corrupción, hacen cosas buenas que parecen malas y cosas malas que parecen peores.

Y este es un ejemplo exquisito: Atlas marcha en el lugar en el lugar 16 de la maldita tabla de cocientes solamente arriba de los tiburcios y los lobos; si hubiera perdido como era lo correcto, los escualos y la jauría tendrían seguirían a la misma distancia, sin embargo con esa puñalada trapera, ahora mismo los del paradero van a contar con una oportunidad dorada, aunque inmerecida, para separarse y ustedes saben que en la parte baja de la tabla eso es oxigeno puro, pues ahí en ese sector escasean los puntos gacho.

Ahora en la fede sacan y sacan reglamentos para corregir sus otros reglamentos e intentar  justificar lo injustificable.

Por eso hablar de que un jugador de los guaguás del norte ha participado con dos número diferentes en la campaña, es pecado que no hace roncha o el retraso de juego en el partido entre la máquina azul y los rayados de Monterrey, tampoco merecería la pena siquiera mencionarlo.

Quiero preguntarme ¿si un equipo con poca influencia en la cúpula del trueno sería favorecido con tan inmensa manga ancha, cómo sucedió el sabadaba?

Parecería que el reglamento es a la carta… no se emocionen, no para todos.

Cierro con una obra titulada “diga usted señor”

Cuando Atlas preguntó:

“¿Que hora es? por favor”,     

la fede le respondió:

“la que usted quiera señor”.

Y si no, quéjense a la FIFA.

Twitter: @pollodetlalpan