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19, junio 2024 - 6:00

┃ Álvaro Zaldaña

Raúl Gutiérrez habló de la selección mexicana de cara al arranque de Copa América. Foto: Mexsport

Raúl Gutiérrez integrante de la Selección Mexicana que participó en Estados Unidos 1994, reveló que el hartazgo sobre el mote de “ratones verdes” los llevó a querer trascender después de que FIFA los vetara por el tema de los “cachirules”, hecho que los limitó a participar en Italia 90 y, por ende, era en disposición de urgencia cambiar el contexto de la Selección con miras al regreso a las Copas del Mundo.

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“Muchos teníamos esa sensación de querer cambiar algo porque estábamos hasta la mad… que nos dijeran los ‘ratones verdes’. Veníamos de estar castigados en un Mundial donde se perdió una generación buenísima. Teníamos esa hambre de demostrar que había buenos futbolistas en México”, explica el Potro a ESTO.

¿POR QUÉ LE DECÍAN RATONES VERDES A LOS JUGADORES DE LA SELECCIÓN MEXICANA?

El mote surgió en el marco del Mundial de Inglaterra 1966 como idea del entonces periodista mexicano Manuel Seyde. Desde entonces, los aficionados solían llamar así al Tricolor y para Gutiérrez, el personaje que inició el cambio mental en la Selección fue el técnico argentino, César Luis Menotti. El pampero, quien recientemente falleció a los 85 años, fue nombrado entrenador del Tricolor en 1991, justo cuando comenzó su renacer rumbo a la Copa América 1993 y Mundial de 1994.

“Lo mejor que le tomé fue el espíritu de pertenencia que debías de tener con la Selección. El orgullo de representar tus colores. Todo lo que se habla de él se lo ganó a pulso, se encontró con una gran generación de jugadores que venían con ese trabajo mental. Todo ese proceso nos deja a todos muy contentos. Fue un parteaguas”.

Tras un año y medio en el puesto, Menotti no continuó y su lugar lo tomó Miguel Mejía Barón quien, según Gutiérrez, no hizo más que darle solidez a la proyección que tenía el argentino.

“Teníamos un carácter muy difícil que por momentos nos hacía chocar. Podías decirle a Hugo Sánchez ‘hay que meterle experiencia, pero también muévete’. En ese tiempo, Hugo ya no era el de antaño, pero era goleador. Ese era el rasgo principal, el espíritu que teníamos gracias a Miguel Mejía Barón. La calidad era sobresaliente. La parte grupal siempre estuvo por encima de lo individual.

“Dejamos sensaciones de que podíamos competir. Dejamos esos mensajes y nosotros estábamos preparados”.

Ya en pleno Mundial, el encontronazo contra Noruega, “fortalecieron al equipo”, señala el “Potro”, quien jugó como titular ese primer encuentro y después solamente disputó diez minutos en la victoria ante Irlanda, para no volver a tener acción en el resto de la competencia.

“Entró Jorge Rodríguez en mi posición. Estaba enojado, pero no tenía que ver con no apoyar. Si te toca entrar, a darle, si no a alentar desde la banca. Contra Irlanda, el equipo lo tomó con un compromiso muy enfocado y ante Italia hicimos los méritos para llevarnos este triunfo”.

Contra todos los pronósticos, México finalizó primero de grupo y los jugadores decidieron celebrarlo, aunque a Mejía Barón no le agradó mucho la idea.

RAÚL GUTIÉRREZ SABÍA QUE ERA NECESARIO TRASCENDER EN LAS COPAS DEL MUNDO

“Íbamos en el camión festejando y el doctor Mejía nos llamó la atención. Nos vio demasiado acelerados, pero no era por ahí. El equipo tenía esa dualidad de tomar todo con responsabilidad en el tiempo correcto, y también cuando había que echar desmadre”, cuenta Gutiérrez, quien también recuerda a Jorge Campos, el personaje más alegre de esa Selección e inclusive fue su víctima.

“Cuando Campos estaba nervioso se la pasaba hablando y molestando. Antes de Irlanda, siento cosquillas en la espalda y era el cab… que me cortó un pedacito de cabello. Casi nos peleamos en los vestidores. Le dije ‘está bien, te conozco y sé que te gusta echar desmadre, pero no te pases de la raya’”.

El “Potro”, como todos los suplentes de México, se quedaron con las ganas de participar ante Bulgaria y, tal vez, evitar la eliminación en octavos de final.

“Siempre trato de comunicarle a mis jugadores, no hay que ver las finales desde casa. Es lo más frustrante, lo más doloroso. Cuando terminas de jugar un Mundial, tienes que ser un mejor jugador. No se pueden quedar estancados. Eso nos ha faltado con estos jugadores actuales, ojalá se tenga más conciencia y más responsabilidad”.