La NFL es un deporte tan espectacular como peligroso para sus propios jugadores, que en muchas ocasiones ven cómo se esfuman sus carreras producto de alguna lesión.

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Tal es el caso del linebacker Leighton Vander Esch, quien anunció su retiro de los emparrillados apenas tras seis temporadas como profesional con los Dallas Cowboys.

Las lesiones crónicas en su cuello terminaron por orillarlo a dejar atrás su paso por la NFL, con un sabor agridulce por la gran cantidad de partidos que se ausentó debido a los recurrentes problemas físicos. En total disputó 71 partidos, de los cuales 65 los hizo como titular.

Leighton fue seleccionado por los Cowboys en la primera ronda del Draft 2018, con el pick #19 proveniente de la Universidad de Baise St.

Había muchas esperanzas de que se convirtiera en el líder de la defensiva de Dallas, y lo hizo mientras estuvo disponible. Portó el #55 y estuvo seleccionado en una oportunidad al Pro Bowl de la NFL.

A lo largo de su carrera, contabilizó un total de 3.5 capturas de quarterback, 296 tacleadas en solitario y tres balones sueltos provocados.

El impacto de Vander Esch va más allá de los números. Era el líder de una unidad cuestionada por la manera de conceder puntos en los momentos decisivos.

De esta forma le pone punto final a su trayectoria en los emparrillados, como víctima de una serie de lesiones crónicas en el cuello que le hicieron imposible continuar.

En la última campaña, apenas pudo disputar cinco partidos donde no tuvo sacks ni balones sueltos, y solamente 17 tacleadas en solitario. Tampoco pudo participar en los playoffs más recientes, aunque logró disputar cinco encuentros de la fase decisiva.

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