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ESTO es de tres

Antonio Moreno

22, septiembre 2023 - 6:00

El norte

1.- EL NORTE
Ese sin duda sí es “Clásico”.
Y no fabricado solo porque son vecinos, o por el apodo, o la combinación de colores, o la rivalidad de empresas, ni etiquetas forzadas para vender mejor un producto como ahora abunda en el medio con tal de llamarle Clásico a cualquier asociación curiosa.
Me consta, lo he visto, lo he narrado, he sido testigo presencial de esa pasión y sé que la animadversión no es fabricada sino auténtica.
Toda la semana se habla del partido, la gente sale a la calle y va al trabajo con la camiseta de su equipo, se cruzan apuestas y de manera increíble en las mismas familias se dividen preferencias. Es el único tema común en cualquier plática de los aficionados y no aficionados regios.

2.- RAYADOS Y TIGRES
Monterrey es bastante más viejo que Tigres.
Y es que mientras los Rayados nacieron en los cuarentas, su antagónico rival llegó a la Primera hasta mediados de los setentas. Pero irrumpió con todo en el panorama futbolero.
Y así los regios de Lostanau, Jauregui y luego Bertochi, “Alacrán” Jiménez, Paco Solís, Nilo Acuña, Luis Montoya o años más tarde Bahía, Gueldini, el “Abuelo” Cruz hasta llegar a los tiempos del “Guille” Franco y el “Chupete” se toparon con unos Tigres que vivieron años dorados con el técnico Miloc y en la cancha Tomás Boy, Barbadillo, Batocletti, Mateo Bravo, Gómez Junco, Carlos Muñoz y muchos más hasta llegar a la era del “Tuca” en la banca y en el campo Lobos, Guido, Nahuel o Gignac. Y omito a cientos por falta de espacio.

2.- PASIONAL

Pero una cosa es la rivalidad y otra la pasión malentendida.
Por desgracia cientos de “desadaptados” y no verdaderos aficionados, se han encargado de generar miedo cada vez que se acercan estos duelos.
Y el peligro ya no solo es en el estadio sino también a lo largo y ancho de la ciudad antes y después del partido. Han confundido el amor por sus colores con el odio hacía los otros.
Ojalá que este fin de semana todo quede en jugadas, goles y la polémica natural.

Conclusión: QUE GANE EL FUTBOL.

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