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4, junio 2023 - 17:09

┃ José Ángel Rueda

Zlatan Ibrahimovic recibió un merecido homenaje / Foto: @acmilan

Bigote, barba y coleta, casi dos metros de estatura, cara de pocos amigos. Maestro del engaño, Zlatan Ibrahimovic parecía todo menos futbolista. Consciente de su imponente físico, el sueco supo encontrar el punto medio entre todo eso que pudo haber sido y el futbolista que fue.

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En sus highlights abundan por igual golazos solo al alcance de su genio como declaraciones polémicas. No solo se sabía el mejor de una clase muy particular de delantero, sino que también interpretaba ese papel. No era raro verlo pelear en el campo, a codazo limpio, para luego correr a festejar un gol.

Zlatan nació en Suecia, pero pronto aprendió a vivir al modo que sus orígenes balcánicos le exigían. Tipo duro, decidió ganarse la vida como futbolista, convirtiendo el terreno de juego en algo parecido a un lienzo. Pronto demostró su calidad en el Malmo, lugar donde creció, pero el fútbol que tenía era tanto que los grandes clubes tocaron a su puerta y así se fue al Ajax, donde realmente comenzó la leyenda. Luego llegaron el Inter, el Milan , la Juve, el Barcelona, PSG, el Galaxy, el Manchester United.

Entre sus cartas de presentación abundan las pinceladas, pero también los cañones. El Zlatan futbolista era perfectamente capaz de quitarse al equipo entero y definir con un disparo sutil. También, por momentos, dejaba a un costado los algodones y reventaba el marco con un cañonazo letal.

Entre las tantas cosas que cosechó el futbolista sueco están los remates acrobáticos, el taco, como recurso, la chilena kilométrica, para que no existan dudas que un gol parecido solo está al alcance de él, y de nadie más.

De un ego tan grande como su propia figura, Zlatan suele hablar de él en tercera persona, como una pieza de museo que se admira desde la distancia. Pero también se ha comparado con Dios, con un momento que merece erguirse en lugar de la Torre Eiffel, con un Ferrari.

En alguna ocasión, en una de las tantas veces que el futbolista no encontró el respaldo de su selección para trascender, minimizó la Copa del Mundo, un torneo menor, si no estaba él. Y es que el futbolista fue capaz de cambiar el entorno con su sola presencia.

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Entre sus destinos más exóticos estuvo el Galaxy, equipo al que revolucionó no solo con sus goles, sino también con sus declaraciones. “El Galaxy no me eligió, yo elegí al Galaxy”, dijo el sueco, con la consciencia plena de quien lo tiene todo controlado. Tal vez por eso decidió retirarse, porque el cuerpo ya no obedecía a esa mente brillante, y las lesiones comenzaban a mermar el talento de uno de los mejores jugadores de los últimos tiempos.