Ya son 365 días, ocho mil 760 horas, 525 mil 600 minutos y América sigue sin saber lo que es perder en casa. Las Águilas han mantenido el vuelo desde el 20 de febrero del 2022, la última ocasión que un rival logró sacarle los tres puntos del estadio Azteca. Ayer, en el Coloso de Santa Úrsula, por unos momentos hubo nervio, pero el equipo azulcrema supo imponerse 2-1 a Miguel Herrera y sus Xolos.

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El vuelo pareció sencillo en el arranque del choque. América enseñó el futbol compacto y explosivo que lo ha caracterizado en los últimos choques. Si bien Tijuana comenzó animado, Valdés hizo que Toño Rodríguez se ensuciara el uniforme desde temprano.

Las Águilas revolotearon el área canina. Henry tuvo un mano a mano que Rodríguez sacó. También Fidalgo hizo lo suyo. En una jugada preparada, el Maguito se quedó cerca de ponerla en el ángulo.

Las llegadas continuaron. Henry y Suárez lo intentaron de cabeza. El arquero se puso perro y no dejó pasar nada. Toño fue figura en el final del primer lapso, pero en la más clara, erró de forma grosera. Una falta abrió el marcador del encuentro. Leo Suárez sacó a pasear a su zurda, con un impacto preciso engañó a Rodríguez, quien hizo el movimiento a segundo palo, pero la pelota besaba la red en su costado.

América tomó confianza. Valdés hizo una rabona que casi deja solito a Suárez. La gente le aplaudió el gesto. El descanso llegó con la ventaja amarilla.

Tras la charla, Miguel Herrera le soltó la cadena a su equipo. Leo López quiso el empate, Jiménez le tapó. Xolos presionó con rabia en la mirada.

Cuando mejor estaba la visita, Diego Valdés entró al área y definió un pase exacto de Henry para el segundo. ¡Gol del América!

El Piojo confió en Cavallini. El canadiense se hizo notar con un zurdazo pegado al palo que casi se le colaba a Jiménez. Herrera mandó a Misael Domínguez, aunque a 22 segundos de su ingreso, vio la roja. ¡Increíble!
Los canes aztecas no bajaron el ritmo. La entrada de Silvio Martínez le dio otra cara al cuadro rojinegro. América prestó el balón y lo pagó caro. El propio argentino controló un esférico en el borde del área y lo puso lejos de Jiménez. ¡Vaya ladrido!

Tijuana apretó al final, el tiempo se puso la playera americanista. Los cremas no quisieron más, el reloj expiró. Fue todo en el coloso de Santa Úrsula, ya es un año y América sigue sin perder en su nido.

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