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Somos Versus
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Somos Versus

27, abril 2022 - 4:59

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El mito detrás de la dignificación de la profesión

 

Los clubes le dicen a lxs jugadorxs: “Hay que buscar dignificar la profesión”, y esto significa: “Entender que viven por y para el futbol (profesional)”. En primera instancia no suena mal y parece ser obvio: vivir haciendo algo que amas, lo que sea, con una pasión tan grande que te envuelve, haciéndote sentir plenx y cerca de la felicidad.

Sin embargo, me parece no solo problemática esta lógica, sino sumamente chantajista. “Es que jugar futbol profesional es el sueño de millones. “No lo discuto. Pero que eso justifique el tener que sacrificar todo por estar ahí y agradecer ser parte de lo que hoy es y siempre ha sido el futbol profesional, me parece un despropósito. Hay cosas que no se tendrían que soportar porque ni siquiera tendrían que suceder. Por más que sean “normales” y por más que sea algo a lo que millones quieran pertenecer.

Lo normal no siempre es lo ideal, y el que muchas personas quieran algo no lo dignifica, solamente lo mitifica. El gran pero es que los mitos normalizan asimetrías de poder que derivan en abusos o violencia, haciéndolas deseables. Son el clásico obstáculo que forja y engrandece la proeza para hacerla magnánima, mítica. Es decir, para que la meta valga la pena, y nos acerque a la plenitud, tiene que implicar sacrificios “normales”. Pero, ¿todos los sacrificios “normales” son deseables? ¿Qué nos dice esto del mito en cuestión?

La historia está llena de ejemplos de mitos que derivan en fanatismos peligrosos: las cruzadas, el fascismo, nazismo, etc.  Por esto, pero guardando las dimensiones, es que el futbol profesional (principalmente en México), independientemente de la rama, enmascara situaciones tristes y cuestionables que todxs sabemos, aunque no todxs hablemos de ellas.

Por ende, creo que es un craso error (cuando es sin dolo) o un punzante despropósito (cuando es con dolo) permitir, desde la posición que sea (clubes y directivas, medios, cuerpos técnicxs, afición, o incluso jugadorxs) este discurso de “hay que dignificar la profesión. “Las profesiones no se dignifican, se dignifica a las personas que la realizan. En este caso, a quienes patean o atajan un balón, a quienes están alrededor del juego. Si bien la diferencia podría parecer sutil, no lo es, y es muy significativa. Al final, mitificar una profesión distorsiona la noción de dignidad humana de las personas que la realizan, ya sea, dándoles permiso de aprovechar su imagen mítica para abusar, o forzándolxs a soportar abusos para mantener esa imagen o llegar a ser lo que representa la misma.

Así, tenemos, por un lado, a personas mitificadas (músicxs, jugadorxs, entrenadorxs, académicxs, actorxs, directorxs) gozando del poder de su obra para violentar a gente por debajo de su jerarquía; mientras que, por el otro lado, tenemos empleadxs o aspirantes a esa “grandeza” que sienten que tienen que ceder a presiones violentas. No importa que cedan por miedo a una consecuencia o que lo hagan plenamente conscientes para escalar, pero sabiendo que no todxs lo harían porque perpetúa un ciclo de violencia que socava derechos humanos fundamentales.  

Por esto, en vez de buscar falsamente “dignificar la profesión”, tendríamos que buscar regularla para ejercerla en condiciones justas y dignas. Tener salarios dignos, protocolos de denuncia en casos de acoso (laboral, emocional, o sexual) o censura, certeza contractual, y estructuras para una negociación no tan desigual. Si lo que realmente quieren los clubes es dignificar a quien juega, entonces tendrían que hablar de esto, de regular la profesión para poner a la persona por encima del jugadorx. No al revés.