El 7-0 no se olvida

Después de aprobar su examen contra Costa Rica, aunque ha sido el más sencillo en el actual interinato del “Tuca”, viene un partido de mayor exigencia, contra Chile, una selección con la que existen cuentas pendientes.

En la polémica, necia e infructuosa etapa de Juan Carlos Osorio, se sufrieron derrotas realmente muy dolorosas, sobre todo en partidos fundamentales. Una de ellas fue en la Copa América Centenario frente a la selección andina.

Pasó de todo aquel mes de junio de 2016, en el estadio de Santa Clara, California, donde se buscaba el pase a la gran final de un torneo en el que la misión era ganarlo. México llegó a mostrar que tenía argumentos, cuando inexplicablemente vino el derrumbe.

Muchos pensamos que esa derrota tan humillante iba a marcar el adiós del técnico colombiano, quien de inmediato fue ocultado por la FMF, al mantenerlo por mucho tiempo en una especie de retiro espiritual y lo alejó de los medios. Tal situación empeoró las cosas porque cualquier técnico le pone el “pecho a las balas”, como dicen los sudamericanos, pero Osorio prefirió irse por la puerta de atrás, de la misma manera que terminó su fallido proceso con México, porque nada importante se logró en lo futbolístico. Al contrario, hasta se perdió aquella vez una racha invicta de 22 partidos que tenía el Tricolor antes del histórico, humillante y doloroso 7-0.

Ahora se viene un amistoso contra ellos, que en la Copa América eran dirigidos por Juan Antonio Pizzi, viejo conocido del futbol mexicano. Hoy traen a un colombiano –lo que son las cosas–, caso de Reinaldo Rueda. A Pizzi le costó la chamba no clasificar al Mundial, aunque ganó el torneo de selecciones más importante del continente. ¿Le hubiéramos perdonado a Osorio no ir al Mundial, a cambio de ganar la Copa América? Yo creo que ni eso. Al final ni una Copa ni la otra.

Anoche los chilenos enfrentaron a Perú y no les fue nada bien, saben que venir a México también será complicado, porque el “Tuca” se guardó a varios jugadores como el “Chucky” Lozano, porque si algo le aprendimos bien a Osorio fueron las rotaciones. De hecho, fue lo único.

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