16, marzo 2018 - 9:59
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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
FOTOS: ALEJANDRO VILLA
Pasan los años, van y vienen toreros, empresas y aficionados, aparecen nuevas ganaderías como nuevos conceptos del toreo y muchas cosas modernas que envuelven ahora mismo el entorno de la fiesta brava en la Plaza México. Pero entre esta revolución, entre todos estos cambios, nuevas plataformas y formas por venir, existe Manolo el de los sombreros. Un particular aficionado taurino que a pasar de toda esta metamorfosis de la fiesta, su concepto, sus formas y su afición siguen siendo iguales, como cuando comenzó a asistir al gran coso de Insurgentes, hace más de 48 años.
¿Quién es Manolo el de los sombreros? este singular personaje nacido en la Ciudad de México se ha hecho presente estos años en la fiesta brava en plazas mexicanas, españolas y francesas. Ha dedicado su vida a los festejos taurinos donde su presencia es notoria, ya que siempre encuentra el momento y lugar preciso para participar con alegría y reconocimiento, alentando al torero y celebrando lo que éste ejecuta con el toro; Manolo no pierde detalle cuando comienza una faena y lanza el primer sombrero al ruedo, provocando con esta acción la alegría del matador en su faena.
El lugar de Manolo es una barrera ubicada en sol, arriba de la puerta de toriles y es precisamente en la marquesina del puerto de los sustos donde coloca tarde a tarde sus coloridos sombreros, bordados en plata y oro; otras ocasiones también lleva banderillas de gran tamaño, para aventar a los subalternos o matadores banderilleros.
Este lugar donde se coloca el inigualable Manolo es toda alegría y se ha transformado en una referencia desde hace muchos años por parte del público, como ejemplo para ubicar un lugar la gente dice: “a la derecha de Manolo, el de los sombreros”.
Jamás imaginó que ese gusto personal a la larga le convertiría en una antología.
EL CODICIADO SOMBRERO
Conocedor como pocos, constante y respetuoso de la fiesta braba, manolo jamás abuchea a los toreros, por eso es muy estimado; ha gozado y lo sigue haciendo de la amistad de muchos matadores nacionales y extranjeros, las grandes figuras en los últimos años han dado la vuelta al ruedo con el sombrero de Manolo en la mano o puesto, en señal de reconocimiento. Esto ya es una costumbre muy arraigada en la Plaza México.
ENCUENTRO CON SS J.P. II
Cabe destacar de manera muy especial, que en la cuarta y quinta visita a México de Su Santidad el Papa Juan Pablo II, Manolo asistió en compañía de la estudiantina de la Universidad La Salle a visitar al sumo Pontífice, y fue en el año 2004 cuando entregó personalmente a su Santidad tres sombreros galoneados en hilo de oro y plata con el nombre del Santo Padre, mismos que actualmente se encuentran en el Vaticano como un recuerdo de su visita a México
AFICIONADO MUNDIAL
Manolo ha estado presente en casi todas las plazas de México y el extranjero gracias a una correspondencia de Julián López padre, por las atenciones que tuvo con él y su hijo cuando éstos llegaron a México sin un centavo en la bolsa; es por ello que ha pisado las plazas de Madrid, Albacete, Valladolid, Sevilla, Granada, Barcelona, Bayona, Arles y Nimez, donde El Juli tomó su alternativa y claro, Manolo fue invitado especial de la gran figura.
SIN OBSTÁCULOS
Tanta es su enorme afición y su calidad de amigo, que Manolo ha sido capaz de cruzar fronteras y continentes con el único fin de apoyar a los toreros con su presencia y sus ya famosos sombreros, que tanta expectación causan a todos aquellos que se juegan la vida. Todo esto sin detenerse jamás ante los obstáculos y sacrificios que representan los viajes relámpago y a veces muy largos, costeados con el producto de su trabajo de hombre de bien, ya que Manolo es plomero, oficio que le heredó su padre.
ANÉCDOTA CON EL JULI
Cuenta la leyenda que una tarde después de hacer un trabajo de plomería, Manolo transitaba en su en su Lebaron viejo frente a la entrada principal de la Plaza México; miró a un señor con su pequeño hijo, que desde la reja observaban hacia dentro del coso. Buena gente como él solo, Manolo echó reversa y descendió de su vehículo para preguntarle al padre del chaval cuál era su intención; éste le contesto que prácticamente acababan de bajar del avión procedentes de Madrid y que el hijo quería conocer la plaza, pero ya era muy tarde y no los dejaban entrar. Entonces, haciendo uso de su ingenio, Manolo logró el permiso de los vigilantes y hasta les dio un tour por toda la casuela, hasta el ruedo. El niño, al ver semejante coso Monumental, le comentó a Manolo; “Algún día voy a llenar esta plaza”.
No se equivocó, ese niño era Julián López El “Juli”, quien desde ese momento se hizo muy amigo de Manolo.
A DESTACAR
Manolo es plomero por herencia, ya que su padre le enseñó el oficio. Y es de ahí de donde costea sus viajes a las ferias de México, y cuando la clientela aprieta hasta se da el lujo de viajar al extranjero. Su zona de trabajo es por San Pedro de los Pinos, pero si le llaman al número 5598-6065 igual y hasta atiende trabajos más allá de su demarcación.
EL DATO
La casa de Manolo es como un museo taurino, cuenta con infinidad de artículos taurinos como cabezas de toros, un sombrero del matador finado Luis Procuna, orejas que muchos toreros le han reglado al cortarlas en La México e infinidad de fotografías con prácticamente todas las figuras del toreo, mexicanas y extranjeras.
LA FRASE
“Soy un aficionado que vive la fiesta de los toros con pasión, con alegría; vivo de mi trabajo y siempre compro mi boleto. Me da mucha alegría que mis sombreros se hayan vuelto un ícono en la fiesta brava y seguiré en mi barrera, aventando mis sombreros con todo mi cariño a la mejor faena”.