Si a un cruzazulino le molesta un árbitro ese es Roberto García Orozco.

El silbante le costó un título a los cementeros. Aquella final del Apertura 2008 donde los cementeros cayeron en penaltis ante el Toluca.

Pero la polémica llegó en el segundo lapso. Cuando José Manuel Cruzalta arrolló a César Villaluz en el área. Una pena máxima que pudo cambiar la historia de La Máquina. Que pudo ser recordado por romper la maldición de títulos y que sin duda hubiese cambiado el rumbo del partido, esa falta que García Orozco decidió no marcar.

Ha sido la final en la que más cerca se quedaron los cementeros. Fue desde los once pasos donde Alejandro Vela falló para darle el título a los escarlatas de José Manuel de la Torre.

Los años han pasado. Este sábado Roberto volverá a pitarle a Cruz Azul, aquel al que tal vez privó de un título.

El rival no es el mismo. Pumas también tiene sus historias con el silbante, pero menos lamentables que la del 14 de diciembre de 2008, que ha quedado marcado en la historia de los celestes.

Recordar, en el futbol igual que en la vida, es vivir, aunque para cualquier aficionado que vivió ese torneo, esa final y esa polémica, jamás podrá salir de su mente el golpe que frustró al equipo que en ese entonces fue dirigido por Benjamín Galindo.