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1, julio 2015 - 21:45

┃ María Vega

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SER la número uno del mundo y romper marca de 252 partidos invictos, es parte del camino recorrido por la racquetbolista Paola Longoria, que ahora ve recompensado el esfuerzo con la designación de ser la abanderada del contingente deportivo mexicano que competirá en los Juegos Panamericanos Toronto 2015. Desde pequeña fue una niña hiperactiva, que conoció los campamentos de verano y en donde empezó el amor al deporte. Practicó gimnasia, natación, basquetbol, futbol y tenis, pero al final la conquistó la raqueta y se quedó con el racquetbol. Representar a México en eventos internacionales es parte de lo que había soñado; sin embargo, sabía que era un reto difícil. Gracias a la disciplina, dedicación, perseverancia y entrega lo pudo lograr. “Sabía que no todos tienen ese privilegio de portar los colores de México, para mí es un orgullo y llevo 10 años de manera consecutiva”, mencionó la atleta. La justa continental es uno de los grandes objetivos de este año y buscará refrendar las tres medallas de oro que consiguió en Guadalajara 2011.
“Ha sido una mitad de año muy exitoso, he vivido de todo, derrotas y triunfos, y la designación como abanderada nacional llegó en el mejor momento”, añadió. “Se me pone la piel chinita repetir como abanderada, el año pasado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe y ahora en Panamericanos. Estoy muy agradecida con las autoridades del COM y la CONADE porque han depositado su confianza y sé que también es por ese compromiso que doy haciendo mi mayor esfuerzo”, indicó la deportista.
Mujer comprometida, aguerrida, con sueños y retos. Siempre satisfecha de lo que ha conseguido, no se arrepiente de nada porque, “todo ha sido un aprendizaje en mi carrera, en las cosas buenas y malas y se queda como una enseñanza; sé que todavía me faltan metas por cumplir. Una de ellas es ligar siete temporadas como número uno, llevo seis y serían siete, pero un año no me lo hicieron oficial. Tuve la fortuna de romper 252 partidos invictos y para mí significó mucho porque fueron tres años, ocho meses de estrés en cada partido que ganaba, era una presión más por quererlo romper”, sostuvo. Longoria tiene el sueño de ver su deporte en el programa olímpico, por lo que señaló que es importante seguir trabajando junto con las Federaciones Internacionales y el COI para ver si puede ingresar el racquetbol, y de esta manera contribuir para que en un futuro vengan más campeones mundiales.