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17, abril 2024 - 6:00

┃ Juan Antonio Dávalos

Muchos nervios son los que vive un atleta a 100 días de los Juegos Olímpicos. FOTOS: LUIS GARDUÑO Y MEXSPORT

Tuvieron que remar contra la corriente a 100 días de los Juegos Olímpicos. Son exatletas que superaron las adversidades y, al final de cuentas, pudieron subir al podio.

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Belem Guerrero pasó momentos de sufrimiento y angustia. Analizó la posibilidad de no participar en el evento a Atenas 2004 por una lesión. Misma que le impidió asistir al Campeonato Nacional, una competencia importante ya que formaba parte de la recta final de su preparación.

Belem no olvida el incidente que marcó su vida por lo doloroso que resultó. Al grado que se le inflamó la columna. Tuvieron que hacerle estudios para saber la gravedad y analizar si había tiempo para recuperarse y estar en la justa veraniega.

“Estaba en el Campeonato Mundial de Ciclismo y tuve un accidente en la prueba de scratch. Tuve una caída y me lastimó la columna, estaba demasiado inflamada y fue exactamente a 100 días de Atenas, tenía poco tiempo para recuperarme”.

“La caída fue fuerte. Me caí de sentón, se me fue el aire, vi oscuro. Se dio cuando faltaban cinco vueltas, no terminé la competencia. Me ayudaron los doctores, me revisaron y me dijeron que podía moverme pero llegando a México me hicieron muchos estudios para saber realmente lo que me pasó”.

“La verdad es que fueron momentos de angustia, de miedo, fue impresionante. Pero también fue emotivo, con mucho miedo y terror de que no pudiera estar en los Juegos Olímpicos”.

La expedalista cumplió su sueño de subir al podio. Consiguió la medalla de plata en la prueba por puntos, un momento emotivo que aún recuerda:

“Quería llorar pero no lo hice, es algo que aún no lo puedo describir”, cerró.

Daniel Aceves confesó que tuvieron una gira inservible a 100 días de Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984

Horas de sufrimiento tuvo Daniel Aceves 100 días antes de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 donde conquistó la medalla de plata en lucha grecorromana.

Una mala planeación en una gira le sirvió de poco para llegar bien preparado a la justa veraniega, por ello, tuvo que hacer un doble esfuerzo para mantener el nivel que, al final, le ayudó a subir al podio.


“Viví una gira en Estados Unidos previa a los Juegos Olímpicos. Una gira que no fue bien planificada, donde tuvimos problemas de alojamiento, de alimentación, de entrenamiento, pero que fueron parte de ese escenario, de lo que se vivió tres meses y 10 días antes de la participación olímpica”, recordó.

Daniel reconoció que el tener que mantenerse en el peso correcto y no bajar el nivel competitivo, entre otros factores, influyeron para que no estuviera tranquilo. Algo que le quitó el sueño fue saber a qué rivales tendría que enfrentar y cómo tenía que analizarlos para alcanzar el podio, algo que en aquella época no era sencillo porque no existía la tecnología del presente.

“Quien diga que no experimenta un nivel de tensión, falta la verdad. Creo que el deporte de alto rendimiento es preocupación y ocupación. Es enfrentarte a la incertidumbre, a no saber cuál va a ser el sorteo que te corresponda, cuáles son las cualidades que vas a poder implementar para poder ser destacado de alguna disciplina”.

“En mi caso creo que siempre se privilegió el nivel de seriedad, con el que asumimos siempre la práctica del deporte y muchas cosas de la vida, todo eso se vio reflejado en ganar una medalla, a casi 40 años de ese logro”.

Mario González aumentó su trabajo a 100 días de los Juegos Olímpicos de Seúl 1988

El intenso trabajo de Mario González no disminuyó cuando faltaban 100 días para los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. De hecho, el expugilista, quien ganó la medalla de bronce en la división de peso mosca, realizó una gira como parte de su preparación para llegar en un nivel óptimo a la justa veraniega.

Mario recuerda con agrado los momentos previos a la competencia. No olvida el esfuerzo que realizó para poder cumplir el sueño de subir al podio y formar parte de los mexicanos que conquistaron una presea olímpica.

“Este tipo de entrenamiento viene por etapas. No necesariamente nos tenemos que pasar los tres meses entrenando fuerte, pero se entra en una etapa donde ya llega la competitividad. Recuerdo que todavía nos tocó ir a competir a Colombia, Venezuela y Cuba. Todavía ahí afinamos el estilo competitivo que nos llevó a estar más fuertes durante la competencia”.

“Cuando faltaban 100 días se afinan algunos detalles pero las gana de ir al evento la empecé a vivir desde que empezó el año olímpico con los Juegos Panamericanos que se realizaron en Indianápolis, Estados Unidos. Ahí es cuando empezamos a medirnos con las potencias americanas y latinoamericanas”.

Los sacrificios por su preparación se vieron reflejados con un tercer lugar en la justa que se realizó en Seúl 1988, donde tuvo que hacer un doble esfuerzo porque terminó con una lesión en el hombro que le impidió pelear por la medalla de oro.

A 100 días de Sydney 2000 todo fue nervios para Fernando Platas

Fernando Platas afinaba detalles de los clavados que tenía contemplado presentar cuando faltaban 100 días para arrancar su participación en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, donde obtuvo la medalla de plata en la prueba de trampolín 3 metros.

Fernando sabía que, por su experiencia olímpica y los buenos resultados obtenidos en eventos internacionales, era una de las cartas fuertes de la delegación mexicana y esperanza de subir al podio.
Se quedó lejos en Barcelona 1992 tras finalizar en el sitio 17, mientras que en Atlanta 1996 ocupó el octavo en trampolín y siete en plataforma. Sabía que el momento clave sería en Australia y no quería desaprovecharlo.

“Los 100 días para Sydney fueron muy tranquilos, estaba muy en lo que se tiene que hacer. Tiene que ver mucho mi equipo de trabajo alrededor, el entrenador, en este caso Jorge Rueda, en paz descanse, tus mismos compañeros de equipo, Marijose (Alcalá) y Jesús (Mena)”.

“Este equilibrio para mí fue mucho, el saber que había retos y responsabilidades. O sea, te gustaban porque sabes que tenías la capacidad para responder a ellos, que estaba en mi tercero ciclo, en lugar de ver pretextos, yo veía objetivos”.

La presión y la ansiedad eran parte de su vida todos los días, quería que llegara el momento para estar en la fosa de clavados, listo para mostrar el nivel que le permitió ser considerado como uno de los mejores del ciclo olímpico.

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“El nervio está ahí, la presión está ahí. Yo creo que la gran diferencia es que estaba agusto con lo que hacía. Confiado en que podía responder a esa responsabilidad, que estaba motivado de poder conseguir grandes cosas”.

Fernando Platas, 24 años después, está tranquilo porque alcanzó el objetivo que se trazó después de conseguir una medalla de plata. Superando al ruso Dimitri Sautin quien es considerado una leyenda en la historia de los clavados. Apenas quedó atrás del chino Ni Xiong quien era el rival a vencer.