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14, enero 2024 - 6:00

┃ Jorge Briones

Renata Zarazúa se acercó con su padre a celebrar el boleto al Australian Open. FOTO: Cortesía Regina Cortina

Una vez que completó su tercera victoria en la fase de calificación y ganó su boleto al cuadro principal del Abierto de Australia, Renata Zarazúa lanzó un grito al cielo, alzó los brazos y se dirigió en dirección de su padre, quien la abrazó y con lágrimas en los ojos le dedicó unas emotivas palabras.

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Las banderas de México ondearon en la cancha 7 de Melbourne Park, mientras un grupo de aficionados mexicanos gritaron con gran fuerza “chingona, chingona”. Su padre, José Luis Zarazúa, mientras la abrazaba, solamente se limitó a decirle: “escucha lo que te están diciendo, eso es lo que eres. Créetelo”.

José Luis ha acompañado a Renata a lo largo de toda su carrera, junto a su hijo Patricio que ahora funge como entrenador asistente de la número 98 del mundo.

El 2023 fue un año difícil para Renata, donde las lesiones la limitaron, pero se puso como objetivo el primer Grand Slam de la temporada. Quería ser parte de la fiesta del ‘deporte blanco’ y lo ha logrado.

“Desde hace tiempo la meta de Renata fue meterse al top-100. Eso requiere una logística, por eso se perdió la última serie con México. No ha cambiado nada, ella ha seguido trabajando fuerte, con disciplina y compromiso. Ahora los resultados se están dando, y eso le va dando confianza”, dice su padre a ESTO desde Australia.

“Ya es más madura en todos los sentidos, en su juego y su persona. Eso le ha ayudado para poder desempeñarse mejor en la cancha”, añadió.

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El cariño del público mexicano la acompañó al otro lado del mundo. Un grupo de aficionadas se plantó en sus tres compromisos de la fase previa en Melbourne Park, para alentarla en busca de su objetivo. Y Renata lo agradeció al realizar la figura de un corazón con sus manos inconsciente de lo que logró al dejar atrás una sequía de más de dos décadas sin una representante azteca en el cuadro principal.

“Había mucha gente de México, ella tenía más porra que la australiana. Tres banderas de México en el estadio, con un grupo de gente que la apoyaron. Estar del otro lado del mundo y ver la bandera de tu país es algo muy padre. Es increíble. Son mexicanos que en la vida habíamos visto”, manifestó el papá de Renata.