Ni siquiera recuerda cómo fue la primera vez que asistió a una arena, porque su papá lo llevó en brazos. Así desfiló por lugares emblemáticos como la Arena México hasta cosos locales como la Neza o la Azteca Budokan. Eso sí, el primer recuerdo lúcido del Ahijadito del Diablo es de su ídolo: Místico.

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“Me gustó mucho la arena, la forma de luchar de Místico, el escenario, todo. Por eso me empezó a gustar la lucha libre”.

La ligera mueca que se alcanza a ver bajo la máscara revela inocencia, sin embargo, los nervios parecen ser su verdadera tapa porque a los 12 años ya cumplió metas y objetivos con las que niños de su edad apenas sueñan. El más claro ejemplo es que ya alternó en una función con Místico.

“No me la creía. Me tomé fotos con él, pero no platicamos. Quería preguntarle de cómo empezó, que me diera un consejo”.

Es cierto que no siempre puede luchar. Por su corta edad recibió algunas críticas, él y sus amigos de la “Juventud Aérea”, con quienes sube al encordado. A veces es posible tener acción y otras tantas solo sube a la esquina del ring y ahí se queda. No se desespera, entiende la situación y por eso su amigo Golden Power lo elogia: “Aprendemos de él a ser aferrados“.

El Ahijadito del Diablo recordó que su debut se dio en la Arena 2 de junio, uno de los inmuebles enclavados en el corazón de Ciudad Neza.

“Me sentía muy nervioso y a la vez feliz por poder luchar. Cuando salí y veía a toda la gente y el ring me puse bastante nervioso, pero se me fue quitando el nervio conforme fui haciendo los movimientos. La gente me recibió muy bien. Todavía me entran muchos nervios, pero yo creo que con el año que llevo se me va a ir quitando”.

AHIJADITO DEL DIABLO: DEL FUTBOL A LA LUCHA LIBRE

Cuando el Ahijadito del Diablo era más pequeño, su papá soñaba con que se convirtiera en futbolista profesional. El pequeño comenzó a entrenar con tachones y ropa nueva, pero el destino ya lo tenía listo para llegar a la lucha libre.

“Me había comprado mis tenis, ropa, todo. Entrené futbol menos de un mes, como a los 15 días le dije que quería lucha libre”

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“Nunca me gustó el futbol. Me regañó, me acuerdo que todo el camino me iba regañando, ya después me dijo que estaba bien, que era lo que yo queria. Se enojó porque ya había hecho el gasto y porque él quería que fuera deportista”, sentenció.