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7, enero 2024 - 17:37

┃ José Ángel Rueda

Washington y Michigan lucharán por la supremacía de la NCAA / Foto: TW @UW_Football

La víspera del duelo de este lunes por la noche entre Michigan y Washington impone el relato de lo impredecible. Dos fuerzas que parecen imparables chocarán en Houston para desafiar a la lógica y definir al campeón del futbol americano colegial (NCAA). Alguno de los dos tiene que ceder, la gran pregunta es ¿quién?
El récord, esa estadística que suele ser funcional sólo para las previas, habla de dos equipos parejísimos. Tanto los Wolverines como los Huskies llegan a la gran final en el NRG Stadium. Con marca de 14-0. Un reflejo de lo que han sido sus temporadas. Cada uno desde sus fortalezas, mucho más pronunciadas que cualquier debilidad.

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Ambos equipos lograron coronarse en sus respectivas conferencias, con Michigan como el mandamás del siempre complicado Big Ten, mientras que Washington hizo lo propio en el Pac-12. Lejos de las alegrías pasadas, sin embargo, las dos instituciones llegan al juego grande con cuentas pendientes y con la ilusión de ponerle fin a la sequía de campeonatos que se ha extendido durante décadas.
La última vez que los Wolverines lograron coronarse fue en la temporada 1997. Por aquel entonces el campeón se definía mediante el voto de un comité. A pesar de la polémica que generaba tanta subjetividad, los títulos se tomaban como buenos. Esta será la primera vez, por lo tanto, que Michigan busque sumar un título más a su centenaria historia a través de un juego de campeonato. Sin embargo, la llegada de Jim Harbaugh, hace ya nueve años, ha logrado darle un nuevo brillo a los colores oro y azul.

Del otro lado, los Huskies también buscan terminar con el ayuno de gloria. La última vez que lograron celebrar corresponde a la temporada 1991. Cuando eran dirigidos por Don James. Ahora es Kalen de Boer, en su segunda campaña, quien busca lograr la hazaña.
El partido pinta para ser de pronóstico reservado. Michigan logró su boleto tras imponerse en series extras nada menos que a Alabama. Lejos del buen trabajo que el equipo realizó a la ofensiva, fue su labor en defensa lo que les permitió dar un golpe de autoridad. Algo parecido deberán hacer ante Washington, si quieren frenar a uno de los ataques más temibles de la nación. Comandados por Michael Penix Jr, los Huskies lucen prácticamente imparables. El mariscal de campo superó por segunda campaña las 4,000 yardas y registró 35 pases de touchdown por apenas nueve intercepciones. El quarterback está listo para despedirse como campeón, antes de buscar suerte en la NFL.
El ataque de Washington cuenta con jugadores de alto impacto capaces de marcar la diferencia en cualquier momento. Entre los más destacados está el receptor Rome Odunze, de bestial partido en las semifinales ante Texas, y el corredor Dillon Johnson, quien superó las mil yardas en la campaña y anotó en 16 ocasiones. Michigan, sin embargo, presume una de las mejores defensivas de la nación, al permitir en promedio 263.2 yardas por partido.

El ataque de los Wolverines, mientras tanto, es mucho más conservador, aunque no por eso puede subestimarse. En las semifinales ante Alabama el quarterback JJ McCarthy demostró tener el carácter para salir adelante en los momentos difíciles y sobre todo, que está respaldado por un buen equipo.
Michigan ha contado con una gran campaña del corredor Blake Corum. El jugador de cuarto año fue una de las figuras de la dramática victoria ante el Crimson Tide y espera repetir la presentación en el juego grande, ante una defensiva a la que le cuesta frenar la carrera.

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