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26, diciembre 2023 - 13:08

┃ Álvaro Zaldaña

Checo Pérez puede presumir de ser subcampeón del mundo en F1. FOTO: Mexsport

Checo Pérez conquistó por primera vez una carrera de la Fórmula Uno el 6 de diciembre de 2020, en el Gran Premio de Sakhir.

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Durante algún momento se pensó que no había mejor forma que terminar su trayectoria en la máxima categoría que con una victoria, pero el ímpetu de “Checo” lo llevó a no renunciar y hoy en día, con todos los resultados en la mano, puede presumir que es el segundo mejor piloto del mundo. Aunque va por más.

El mexicano lució en 2021 y 2022 con Red Bull, pero fue 2023 el año de consagración gracias a una inercia contagiada en el equipo. Desde Max Verstappen, ahora tricampeón del mundo, a Andrew Newey, el ingeniero encargado de hacer el RB19 una máquina prácticamente sin rival en la parrilla.

CHECO PÉREZ QUERÍA EL TÍTULO DEL MUNDO

Desde antes de iniciar la temporada “Checo” fue claro, no solamente quería el subcampeonato que le arrebataron Charles Leclerc y la falta de compañerismo de Verstappen en 2022. Quería demostrar que podía competir de tú a tú con el neerlandés por el Mundial de Pilotos y, por lo menos, así fue en el inicio de la campaña.

La dupla letal de Max y Pérez advirtió al resto de la parrilla que no había nadie mejor que ellos desde el día uno, cuando fácilmente conquistaron el Gran Premio de Bahréin con un 1-2 donde el neerlandés quedó a la cabeza. Los papeles cambiaron para la siguiente fecha en Arabia Saudita cuando el mexicano se quedó con la pole position al igual que en 2022, pero con la diferencia de que esa inercia la llevaría hasta la meta en la carrera y por encima de su compañero.

Para Australia, Pérez tuvo sus primeras complicaciones de la temporada al terminar en la grava, durante la clasificación, la etapa que más dolores de cabeza le ha dado en su trayectoria. Y aunque largó desde el pit lane tuvo la capacidad de remontar hasta finalizar con un discreto quinto puesto, mientras Verstappen continuaba su dominio.

“Checo” demostró que lo sucedido en el trazado de Oceanía fue simplemente un error, al conquistar el Gran Premio de Azerbaiyán por segunda vez en su carrera para convertirse en el máximo triunfador del circuito y, de paso, revivir el mote de “Rey de los circuitos urbanos”.

Se esperaba que Sergio diera el siguiente paso en el Gran Premio de Miami, donde consiguió su tercera pole position. La combinación de arrancar desde la punta y que fuera un circuito urbano auguraban otra buena actuación del mexicano, pero aunque la tuvo, fue el principio de su debacle.

LA CAÍDA DEL MEXICANO EN 2023

En las vueltas finales, Pérez comenzó a quedarse sin ritmo y Max Verstappen le dio caza de manera relativamente sencilla. Como si de una premonición se tratara, es rebase fue un anticipo de lo que sería el resto de la campaña: el mexicano siempre atrás del neerlandés.

Desde ese momento, “Checo” arrastró una mala racha en clasificaciones, que a su vez desembocaron en carreras con bajo rendimiento. La primera fue Mónaco, donde Pérez se estrelló con una barrera durante la Qualy 1, lo que causó una bandera roja y su eliminación. Largó desde el fondo de la parrilla y solamente le alcanzó para terminar en el lugar 16.

En España y Canadá fue un poco más de lo mismo. Eliminado durante la Qualy 2 en ambas, aunque a diferencia del trazado del Principado pudo remontar en carrera hasta cuarto y sexto respectivamente. De todas formas, el discurso que auguraba a “Checo” como principal rival de Verstappen por el campeonato, ya estaba en tela de juicio.

RESPIRO

El mal papel de Pérez tuvo un respiro en los siguientes compromisos antes de las vacaciones, con un segundo lugar en Spa-Francorchamps, un tercer lugar en Austria y Hungría, además de un sexto escalón en Silverstone.

Tras el descanso de verano, “Checo” logró un cuarto lugar en Países Bajos, un segundo en Italia y un octavo en Singapur, antes de volver a caer en un bache al abandonar el Gran Premio de Japón por un contacto. Para este momento, Verstappen era prácticamente inalcanzable, y de hecho, se proclamó campeón con tan sólo ganar la carrera sprint en Qatar.

El objetivo que tanto señaló el mexicano estaba perdido. Ahora solamente restaba pelear por el subcampeonato con un Lewis Hamilton que poco a poco se convirtió en una amenaza para lograrlo. Sin embargo, la suerte también estuvo del lado de “Checo” cuando el inglés fue descalificado del Gran Premio de los Estados Unidos por irregularidades en el piso de su W14.

Pérez tenía la gran posibilidad de consagrar el subcampeonato en su tierra, pero la osadía de querer adelantar a Charles Leclerc en la primera curva desembocó en que el mexicano quedara fuera en tan sólo 18 segundos, con el Autódromo Hermanos Rodríguez totalmente enmudecido.

“Creo que si hoy hubiera pensado en el subcampeonato no hubiera corrido el riesgo. Sólo pensaba en ganar en México y cuando tuve la oportunidad lo arriesgué, quizá de más”, dijo a los medios de comunicación tras el siniestro.

Pérez tuvo una nueva oportunidad en Brasil, pero como si de una mala broma se tratara, Fernando Alonso apareció para competir al nivel de cuando fue bicampeón del mundo y lo venció en las vueltas finales por el último lugar del podio.

FIN AL CALVARIO DE CHECO PÉREZ

Pero todo el calvario finalmente finalizó en el Gran Premio de Las Vegas, que dejó una de las mejores carreras de la temporada. Pérez, una vez más, tuvo que remontar desde el escalón 11 y por unos momentos estuvo cerca del triunfo, pero Max Verstappen y Charles Leclerc lo relegaron al tercer lugar en los últimos giros. Objetivo cumplido.

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Pese a las adversidades y a las críticas por su mal rendimiento, Pérez se convirtió en el primer piloto mexicano de la historia en terminar subcampeón del mundo, y el noveno latinoamericano en lograrlo.

Además, también logró cifras históricas como ser el noveno piloto con más puntos en la historia de la Fórmula Uno con 1,486, y ocupa el mismo sitio como el conductor con más Grandes Premios iniciados con 257.

Con esfuerzo, osadía y talento, Sergio Pérez hoy puede decir que es el segundo mejor piloto del mundo.