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29, noviembre 2023 - 19:43

┃ José Ángel Rueda

Se llevó acabo el Concurso de fisicoculturismo en la Arena México. Foto: Martín Montiel

“Vamos Akuma”, “échale Astral”, “sí se puede Diamond”, “Olympia, Olympia”. Son los gritos tímidos que caen desde la grada de la Arena México, la catedral de la lucha libre mexicana. El ring, que tantas luchas ha presenciado, no tiene sus acostumbradas cuerdas, y las luces que iluminan el escenario no encuentran el ritmo frenético de las llaves, sino el reflejo de los cuerpos bronceados, ligeramente lustrosos por el aceite.

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En una iniciativa que comenzó hace 15 años, el Consejo Mundial de Lucha Libre, en conjunto con la Federación Mexicana de Fisicoconstructivismo y Fitness, fueron vida al Mister CMLL, un concurso en el que los luchadores que pertenecen al Consejo Mundial de Lucha Libre tienen la oportunidad de trabajar sus cuerpos, en una búsqueda incansable por la perfección.

Por una tarde, las míticas gradas de la arena extrañan su tradicional jolgorio. No hay gritos que apoyen a los rudos o a los técnicos, tampoco abundan los gritos de asombro cuando el ruido del ring retumba en todo lo alto, ni el drama de la cuenta regresiva.

El público observa en calma, como quien mira una pieza de museo, incluso toman fotos, con ojos reconcentrados ante la sorpresa de que un cuerpo pueda tener tantos músculos, solo algunos se animan a gritar. “Mercurio, te amo”, se escucha a lo lejos, en un grito que se pierde pronto detrás de la voz del maestro de ceremonias, que va indicando los movimientos que los participantes deben hacer arriba del escenario. “Pártanse su madre”, grita otro, por costumbre. “Revivan a Súper Porky”, dice otro.

En el ring, lo único que queda de la lucha libre son las máscaras que cubren los rostros de los gladiadores. Cada uno, a su manera, busca imponer su estilo al momento de hacer sus movimientos, ese breve instante que antecede a la postura definitiva, donde el músculo se impone.

LOS LUCHADORES MOSTRARON SUS CUERPOS PARA CONSEGUIR LAS MEJORES CALIFICACIONES

“Atención, competidores, cuarto de giro a la derecha”, se escucha en el sonido principal, la voz mezclada con ritmos de rock, entonces comienza la rutina. Los luchadores interpretan su papel, resoplan, en busca de aire, y elevan las manos hasta mostrar los imponentes bíceps, como estatuas. El esfuerzo es tanto que los brazos tiemblan, pero ninguno se rinde. “Cuarto de giro a la derecha”, se escucha de nuevo. Y los gladiadores expanden los dorsales, y así siguen, con los tríceps, al abdomen, el muslo y el pectoral. Una vez, dos veces, hasta que la extenuante rutina termina.

Después una intensa competencia, la gloria en la categoría físico clasificados del CMLL fue para Astral, mientras que Olympia fue la campeona en la categoría Amazonas. En las categorías Novato A y Novato B los ganadores fueron Villano y Diamond, mientras que en Principante y Principiante Escuela los triunfadores fueron Akuma y Escorpio Jr, respectivamente. En esta ocasión no se compitió en la categoría absoluta.

Así finalizó la velada, cada uno con su premio y con la satisfacción de haberlo dado todo.

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