Querétaro, Querétaro.- El Estadio de La Corregidora al fin superó el episodio más trágico de historia. Cuando Querétaro y Atlas se enfrentaron por primera vez ahí después del conocido “5M”. Aunque los Gallos cayeron por 1-2, los ganadores fueron los aficionados que con cientos de policías en cada pasillo, recuperaron la confianza de ver un partido de fútbol sin temer por su vida.

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El inmueble de la capital Queretana tal vez no se llenó, ni el público disfrutó de un partido de alta calidad. Pero los aficionados sí se volvieron a sentir en casa. En un ambiente familiar después de casi año y medio de que en el mismo recinto se librara la trifulca durante un duelo que tuvo a los mismos protagonistas de este miércoles.

Tal vez por eso, al tener al equipo rojinegro de vuelta en casa, de nuevo en enfrente, la afición gritó más, alentó más, mandaron más mentadas de madre al silbante Fernando Rodríguez y, por supuesto, disfrutaron más.

Lamentablemente, la felicidad no pudo alcanzar su tope porque los 11 negriazules dentro del campo no acompañaron el optimismo desde las gradas. Tan sólo dieron algunos chispazos como la atajada de Fernando Tapia a tiro de Brian Lozano. O la falsa ilusión de pensar que tenían un penal a favor para que, después de revisar el VAR, el central determinara que la pelota pegó en la mano de Gularte y por ende anuló la pena máxima.

Sin saberlo aún, esa jugada solamente fue el comienzo para que el central argentino fuera el protagonista de la noche. Pero por el momento, los aplausos y gritos de felicidad del público, se cambiaron por mentadas de madre en cuestión de segundos. Y momentos más adelante el proceso fue justamente al revés, después de que expulsaran a Gularte y el VAR revertiera la situación.

La afición nuevamente se quedó con las ganas de gritar un gol cuando ya conocido nómada del fútbol mexicano. Camilo Sanvezzo, reventó el poste izquierdo de Camilo Vargas, y la desilusión se concretó con el tanto del Atlas, cortesía de Augusto Solari.

Gallos también tuvo otro protagonista en el complemento, pero dentro de lo negativo. Ese fue el delantero Ettson Ayón, quien tuvo por lo menos tres oportunidades claras de gol. Pero dos de ellas terminaron con el balón en las gradas y en la tercera simplemente no contactó la pelota.

Esas acciones provocaron que la afición extrañara a Ángel Sepúlveda y, por supuesto, volvieron a Ayón el segundo objetivo favorito de las mentadas de madres colectivas.

GALLOS HIZO TODO PARA IGUALAR EL MARCADOR

Gallos, con más corazón que fútbol, intentó igualar el marcador a todo coste, sin importar que jugaran con 10 por la expulsión de Omar Mendoza. La recompensa al fin llegó de la pierda de Emanuel Gularte, quien disparó desde fuera del área para vencer a Vargas. Los aficionados por fin pudieron gritar un gol a favor.

LOS ROJINEGROS NO SE RINDIERON

Sin embargo, la alegría queretana otra vez no duraría mucho. La decepción absoluta llegó con el cabezazo de Juan Zapata que le dio la victoria y los tres puntos a los Zorros, y provocó que la afición comenzara a salir del estadio.

Con el silbatazo final llegaron dotaciones extras de mentadas de madre para Hernández. Y también uno que otro aplauso para los Gallos provenientes de niños, niñas, adultos mayores y varios más que volvieron a sentir un ambiente familiar, frente al rival que marcó una de las peores tragedias del fútbol mexicano.

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