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19, junio 2023 - 10:30

┃ José Ángel Rueda

El mexicano busca su revancha en paris 2024 / Foto: IG Randal Willars

Cuando se habla de olimpismo, las revanchas deportivas suelen tardar cuatro años, o tres, si son tiempos post pandemia. Cuando Randal Willars se veía en Tokio 2020 tras conseguir las plazas para el país en los eventos previos. Una serie de eventos desafortunados y problemas físicos lo dejaron fuera de la justa en el último selectivo.

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La virtud del deportista, sin embargo, radica en la capacidad de convertir una experiencia negativa en energía positiva. Es precisamente esa fuerza lo que le ha permitido al clavadista posicionarse como uno de los grandes prospectos para los Juegos Olímpicos de París 2024.

“Sí me sabe a revancha, a pesar de que era joven en el ciclo olímpico de Tokio. Técnicamente estaba en buen momento, tenía todo lo necesario para ir y hacer un buen papel, lamentablemente así pasa, hay competencias buenas y competencias malas. Ahora la verdad es que he trabajado mucho en esos aspectos, en esos errores que se suelen cometer en las competencias, para fortalecerme. Para ser más estable, más completo en mis clavados y obviamente un poco más maduro para lo que es este ciclo olímpico y los Juegos Olímpicos de París. Así que ahorita, tanto yo como mi entrenador y todo el equipo. Le estamos echando muchas ganas para estar en mi mejor forma y poder llegar, ahora sí que aprovechar este ciclo e ir en mi mejor momento a París”, explicó Willars, en entrevista con ESTO.

A pesar de que la próxima justa olímpica está a poco más de un año de distancia, el ciclo recién comenzó para la mayoría de los clavadistas mexicanos. Quienes vieron su primera competencia en el selectivo de finales de abril, en León, Guanajuato. Willars dominó la plataforma y se apoderó del boleto al Campeonato Mundial de Fukuoka. El evento más importante del año, junto a los Juegos Panamericanos de Santiago. “Me siento muy contento por haber clasificado a lo que es el Mundial de Fukuoka, es mi evento más importante en todo el año, me da mucho gusto por cómo se dieron las cosas en el selectivo en León Guanajuato, tenía tiempo sin competir y creo que lo hice bastante bien”.

El clavadista de 21 años entrena bajo las órdenes del entrenador chino Shi QingYang, mejor conocido como Epifanio, en el Instituto del Deporte de Nuevo León. Ahí logró confeccionar una serie de clavados que no solo le permitieron convertirse en el mejor de México. Sino que le dan opciones de pelear por las plazas olímpicas que se repartirán en Japón. “Obviamente soltar los nervios y empezar a adecuarme más a lo que es mi ronda completa de clavados, clavados nuevos, que implementé para la competencia. Y ya para llegar a una mejor forma a lo que es el Mundial y poder estar en el nivel deseado para obtener las plazas para el país y estar buscando los primeros lugares”.

La competencia no fue sencilla para Willars, los meses de inactividad. Producto de los problemas federativos que detuvieron la actividad en los deportes acuáticos en México, le pasaron factura. Pero el clavadista sacó el temple para conquistar la medalla de oro, como tantas otras veces.

“El estar sin competir por bastante tiempo, creo que a todos en general nos puso más nerviosos de lo normal. Pero al final creo que conforme pasó la competencia, ya me fui sintiendo más cómodo. Empiezas a tirar, es algo que he practicado por años. He competido en eventos nacionales e internacionales, y ya cuando empiezas a recobrar las sensaciones, te sueltas un poco más, y ya es la rutina, lo que ya sabes hacer. Al final de la competencia ya me sentí un poco más cómodo. Eso también me deja más tranquilo para seguir trabajando tanto en lo físico, lo de mis clavados y lo mental”.

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