A un costado de la pista de tartán del Comité Olímpico Mexicano, esa misma donde hace cuarenta años construyó la medalla de oro que ganó en Los Ángeles 1984. El profesor Raúl González observa el ir y venir de sus atletas. En la memoria permanecen esos entrenamientos frenéticos en los que el marchista acumulaba kilómetros, como quien camina hacia un sueño.

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Vestido con una camisa roja, donde destaca la bandera de México por encima del corazón, el entrenador toma notas en su pequeña libreta y mide el tiempo con el cronómetro. Ese instrumento que desde juventud se convirtió en lo más parecido a un juez.

“Las diferentes responsabilidades que he asumido me llenan de satisfacción. Porque todas son en el ámbito del deporte, pero la verdad, en este momento, yo lo estoy viviendo intensamente, porque siempre en el día a día recuerdo mucho cómo lo trabajé antes de Los Ángeles. Antes de un compromiso tan grande como un Campeonato Mundial, pero es como todas las cosas, hay que hacerlas con mucha pasión, con mucha entrega, sé que podemos lograr algo. En eso estamos convencidos de que podemos hacerlo”, cuenta González, en entrevista con ESTO.

Raúl González sabe que el trabajo es el fruto del éxito

La idea del profesor es llevar a un selecto grupo de marchistas a los Juegos Olímpicos de París 2024. Con ese objetivo, todos los días entrenan a partir de las 6:30 de la mañana, en una sesión que se repetirá por la tarde y alternará la pista del CDOM con algunos parques. El primer paso se dio este fin de semana. Con la clasificación de José Luis Doctor a la justa veraniega, tras dar la marca establecida por la World Athletics en el Gran Premio Internacional Cantonés, en La Coruña, al recorrer los 20 km en un tiempo de 1:19:41.

Junto a Doctor están los olímpicos Alejandra Ortega y José Leyver, además del joven Carlos Mercenario Jr. “La función del entrenador no solamente es transmitir conocimiento, sino impulsar el desarrollo de nuevos atletas. Obviamente la experiencia cuenta mucho. La preparación que se tenga para poder trabajar con jóvenes, y en este momento yo estoy trabajando con seleccionados nacionales. Con atletas que ya han estado en Juegos Olímpicos, que han estado en Campeonatos Mundiales y que se están preparando para los compromisos de este año. Obviamente nuestra meta más elevada son los Juegos Olímpicos de París, el próximo año”.

A la experiencia como atleta, Raúl González ha sumado una licenciatura en administración del deporte y otra más en ciencias del ejercicio. “Enseñar no es una tarea sencilla, se requiere preparación, esto no es cualquier cosa, es un trabajo serio, muy serio. Se trabaja con los mejores años de la vida de una persona. Su juventud, sus sueños, sus aspiraciones, uno tiene que ser muy serio, muy responsable. En ese marco de responsabilidad está el estar preparado, y si a todo eso se le suma que uno lo vivió y tuvo la experiencia personal de todo ese camino para llegar a lo más alto, sí es un factor muy importante, y a veces determinante”.

En la mente del profesor está el devolverle a la marcha el esplendor de las mejores épocas. “El proyecto va avanzando, paso a paso, y gradualmente vamos integrando todos esos factores que son fundamentales para alcanzar un trabajo de calidad. Hay factores muy importantes, por ejemplo, tener una buena alimentación, la asistencia médica para el seguimiento técnico y deportivo, para la prevención y tratamiento de lesiones. Todos estos factores son importantes, el cumplir con el programa estrictamente, y para eso se requiere que, si tenemos que entrenar en lugares fuera de la ciudad de México. Hay que cumplir con eso, pero para eso se requiere transporte, son gastos, implica apoyos alrededor de un proyecto, pero los vamos resolviendo, y vamos avanzando muy significativamente. Es importante tener un proyecto, si no se tiene un proyecto, va uno a ver qué se le ocurre al día siguiente”.

Una carrera llena de trabajo

La experiencia del profesor Raúl González como deportista convierte sus palabras en ley. Sus atletas lo escuchan con la convicción de que en su carrera están los secretos del éxito. Un proceso que lo llevó a convertirse en el mejor deportista en la historia de México en su disciplina.

“No es un camino sencillo. Yo tuve la fortuna de transitar, como decimos, desde la A a la Z, porque empecé como atleta juvenil. Fui ganando campeonatos juveniles, campeonatos nacionales, en categoría mayor. Después tuve cuatro participaciones en Juegos Olímpicos, pero pude ganar, también, Campeonatos Centroamericanos, Panamericanos, todos los juegos continentales, y luego Campeonatos Mundiales. Al final pude ganar también medallas olímpicas. Hice toda una trayectoria cumpliendo todas las metas que un atleta se puede plantear en su carrera deportiva. Eso me dejó muy satisfecho porque fue una carrera de 18 años. Entregado, trabajando seriamente, y porque logré todo lo que se podía lograr”, dijo.

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“He vivido situaciones de gloria y también de resultados muy adversos. Conozco cómo es la reacción de nuestro entorno, pero uno tiene que enfocarse en su lucha. Sin tregua, por lograr lo que quiere, y eso es lo que se hace y eso es lo que estamos haciendo ahora”, agregó.