Aunque en la actualidad Checo Pérez goza del éxito, al ser parte de la mejor escudería del momento y pelear semana a semana por lo más alto del podio, su carrera no siempre ha sido fácil, el mexicano ha tenido que luchar contra la adversidad para llegar a ser uno de los mejores pilotos del mundo. Muchas son las cosas que ha tenido que sacrificar para llegar a lo más alto.

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Una de la historia más conocida del piloto tapatío se remonta a su juventud, cuando con 15 años decidió emprender la aventura por Europa en busca de una escudería que le abriera las puertas. El pequeño Checo demostró sus cualidades en México y en Estados Unidos, pero él sabía que si quería llegar a la Fórmula 1 tenía que dar el gran paso.

A pesar de que siempre contó con el apoyo de hombres importantes como el empresario Carlos Slim, la inversión que tenía que hacer para conseguir su sueño no era sencilla. Checo viajó a Europa sin un boleto de vuelta y encontró una oportunidad en Alemania, con la escudería 4speed Media, un equipo sencillo que le vio cualidades al piloto mexicano y aceptó tenerlo en sus filas por una cantidad de 150 mil euros, según detalla el libro “Nunca te rindas”. A sus 15 años, el piloto tapatío formó parte de la Fórmula BMW alemana, competición en la que dio sus primeros pasos en el mundo de los Fórmula.

Con el presupuesto destinado a asegurar un auto, Checo vivió momentos complicados, incluso, por algunos meses, vivió en un pequeño cuarto ubicado en el segundo piso del Restaurant Casa, ubicado en Vilsbiburg, ciudad ubicada al norte de Alemania con poco más de 120 mil habitantes. El local era propiedad de Günther Unterreitmeier, dueño de la escudería, quien buscó darle cobijo al piloto, inmerso en algunos problemas con el idioma y la cultura.

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El propio Checo recordó aquellos días, al publicar en sus redes sociales una foto tomada en el 2005 junto a Günther. “¡Este restaurante en Alemania fue mi casa a los 15 años! Dejé México en busca de un sueño muy lejano. ¡Nunca dejen de luchar por sus sueños por más lejanos y locos que sean!”, escribió el tapatío.

Aunque su primera experiencia fue difícil, Checo pudo superarla y de a poco fue cumpliendo su sueño hasta llegar a la Fórmula 1, donde ha estado por más de 10 años. En su estilo de manejo hay algo de esa resiliencia, por más que a veces las cosas no salgan Checo no se rinde. Hoy está cerca de pelear por el campeonato, uno de sus más grandes sueños.