1, marzo 2023 - 6:00
Sebastián Sosa anhelaba jugar con los Pumas / Foto: Ramón Romero
Tras la salida de Alfredo Talavera previo al Apertura 2022, Julio González y Gil Alcalá se alzaron como las opciones para cubrir el hueco en la portería de Pumas, pero ante su irregularidad la directiva tomó la decisión de contratar a Sebastián Sosa, y de esta manera romper una racha de casi 23 años sin un guardameta extranjero en la institución, pero el uruguayo tiene credenciales.
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Si bien Sosa conoce el futbol mexicano por su paso en Monarcas Morelia, de 2017 a 2020, y luego en Mazatlán, el guardameta también entiende a la perfección lo que significa defender la armadura de un equipo grande, pues estuvo en clubes de la talla de Peñarol, Boca Juniors e Independiente de Avellaneda, considerados “monstruos” en sus respectivos países.
“Por ahí uno tiene cierta experiencia para sobrellevar los momentos, sabemos que hace mucho tiempo que no se logra el campeonato acá y es lo que más queremos todos. Creemos que hay con qué, hay grandes sueños y grandes expectativas en este equipo. En el momento que podamos plasmar lo que hace el equipo seguramente podremos estar hablando de Pumas campeón”, dijo en entrevista con ESTO.
Pumas encontró en el guardameta de 36 años lo que necesitaba: espectáculo, confianza y la experiencia para gestionar la presión de estar en un equipo de gran popularidad, pero también con mucha angustia al no poder levantar el título hace 12 años. Una situación que a muchos le asustaría, pero Sosa lo ve como “una linda responsabilidad, porque todo aquel que hace una carrera dentro del futbol, lo que quiere es la camiseta de los equipos grandes”.
Desde muy joven Sebastián supo lidiar con este tema, pues debutó en el equipo más importante de su país, el Peñarol, que para aquel 2011 llevaba siete años sin poder salir campeón de Uruguay y sin clasificar a la Copa Libertadores, pero de la mano del portero lo consiguieron.
“En ese momento decíamos que la pelota ‘venía caliente’ por la situación que se vivía. Fue una exigencia importante, momentos de mucha tensión, de mucha presión, pero lo solventamos”, rememoró.
Ahora, con esa experiencia, Sosa busca volver a romper una racha negativa con la institución que se siente identificado con los valores y principios que predica la UNAM, además de tener un cariño especial, pues desde hace tiempo “quería llegar aquí. Siempre tuve este anhelo de llegar a Pumas, un equipo grande que a uno lo seduce mucho”.
“Estoy agradecido plenamente con la afición y con cada una de las personas que me han recibido y me han transmitido un cariño inmenso. Estoy muy a gusto, muy feliz y deseo poder retribuir todo eso, sé que la única manera es con resultados y levantando una copa que la merecen”, declaró.
Pasión y necesidad
Sebastián Sosa es un ejemplo más de que la calidad se impone a la cantidad. Con una población de apenas 3.4 millones de habitantes, Uruguay es una nación respetada a nivel mundial dentro del futbol, con dos Copas del Mundo en 1930 y 1950, además de fabricar figuras de la talla de Enzo Francescoli, Juan Alberto Schiaffino y más reciente Diego Forlán, Luis Suárez o Edinson Cavani, por mencionar algunos.
“Me enorgullece ser parte de ellos, porque la pasión nace desde la panza”, dice Sosa. “No exagero si te digo que los primeros regalos de niño siempre fueron pelotas de futbol y por ahí no teníamos mayores recursos”, cuenta Sosa.
Y es que más que una pasión, el futbol en Uruguay es una necesidad, pues ante las escasas oportunidades en otros ámbitos, las familias sueñan con tener un integrante en el balompié profesional y que de esta manera puedan lidiar con una vida de escasos recursos.
“Cuando uno es chico pasan un montón de dificultades, vicisitudes, ausencias materiales y a medida que uno va creciendo ve al futbol como un medio para poder trascender, ser exitoso y cumplir sueños que van paralelos a las posibilidades que te da el deporte. Cuando tenemos esas oportunidades, el uruguayo se aferra de uñas y dientes, y normalmente trata de aprovecharlas. Esa es la garra charrúa”, explica al Diario de los Deportistas, el arquero universitario.
Fue una decisión complicada
Tras disputar solamente cuatro partidos con Mazatlán en el Guardianes 2020, Sosa tomó la difícil decisión de dejar atrás una vida “estable” en México para regresar al futbol argentino con Independiente.
¿El motivo? Estar cerca de su familia durante la pandemia y buscar la que tal vez significaba su última oportunidad de estar en un Mundial.
“Surgió la oportunidad de Independiente y yo no había tenido participación en la Selección de mi país, y veía que era una gran oportunidad de estar en el futbol argentino, que se ve mucho en Uruguay, a diferencia del futbol mexicano. Lamentablemente es difícil para nuestra familia tener la posibilidad de ver los partidos y para mí eso es una contra para el futbol mexicano”, dijo Sosa.
Al final, la decisión terminó por ser acertada, pues fue convocado para Qatar 2022 y pudo estar junto a su madre en sus últimos momentos de vida.
“No me arrepiento en nada. Mirando atrás digo ‘fue una gran decisión’, porque estaba alejado de la familia y pude estar cerca en estos últimos tiempos de mi mamá. Por más que piense que uno está decidiendo es el de arriba quien lo hace, seguramente fue Él quien me puso ese desafío en el camino”, explicó emocionado.
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