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27, febrero 2023 - 17:23

┃ Elihu Llano

Chyna fue la verdadera pionera en la revolución femenina en la Lucha Libre / Foto: Cortesía WWE

Proveniente de una familia con problemas de alcoholismo, Joan Marie Laurer sufrió desde su infancia amenazas de su padrastro con suicidarse, y cuenta que fue testigo de cómo su padre biológico apuñaló a su madre en un muslo con un cuchillo con el que solían cortar el pan.

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Desde sus 12 años, Laurer empezó a vomitar la comida en los baños, desarrolló adicción a las drogas y fue abusada sexualmente por un profesor que le triplicaba la edad en su escuela. Su madre le pidió que fuera a vivirse con su padre para que la apoyara a superar sus problemas, pero la pequeña se negó y escapó de casa.

Tiempo después, la ahora preadolescente encontró trabajo en un club de estriptis como camarera y llegó a ser bailarina de vientre (danza que enfoca sus movimientos en el pelvis y abdomen para despertar estímulos sexuales), pero nuevamente el caos regresó a su vida cuando un accidente de auto provocó que fuera al hospital por cuatro días, con la nariz y el tobillo fracturados, además de laceraciones faciales.

Tras recuperarse, Marie estudió literatura española y aprendió francés y alemán, pero en una fiesta universitaria, dos amigos suyos la alcoholizaron al punto en que casi perdió el conocimiento para posteriormente, violarla.

“Cuando era una niña, sólo quería ser una princesa”

-Chyna

A mediados de 1996, Laurer ingresó a competiciones de fitness y destacó por su musculatura que se equiparaba con la de los hombres; medía 1,78 metros de altura y pesaba 90 kilos.

Su fuerza física llamó la atención de la WWF y decidieron contratarla como miembro de D-Generation X, equipo liderado por Triple H y Shawn Michaels, bajo el rol de guardaespaldas de los dos mencionados.

Laurer trabajó para la compañía de Mr. McMahon como ‘Chyna’ y la apodaron ‘la novena maravilla del mundo’, ya que la mayoría de sus combates fueron intergénero. Su potencia y musculatura la hicieron capaz de ser la primera y única mujer en ganar un campeonato varonil, pues venció a Jeff Jarrett en un mano a mano por el campeonato intercontinental, tras romper una guitarra acústica en su cabeza y para hacerle el conteo de tres.

La revolución femenina en la Lucha Libre impulsada por Chyna

Su impacto mediático inspiró a diversas mujeres a incursionar en el deporte y sobre todo en la lucha libre, ya que hasta esos años, ellas sólo eran utilizadas como atracción sexual para los hombres que asistían a las arenas, y ni siquiera eran llamadas luchadoras, sino ‘divas‘.

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Chyna fue la primera superestrella femenina en participar en el Royal Rumble Match varonil y el King of The Ring, e incluso llegó a ser la retadora número uno al campeonato indiscutido de la WWF, algo casi imposible de pensar en esa época.

“Me abrí camino hasta la cima en mi negocio dominado por hombres”.

-Chyna

Parecía que Laurer había encontrado una nueva luz en su vida, pero en 2001 salió de la compañía por conflictos directos con Stephanie McMahon, la hija del dueño de la empresa. La hija de Vince tenía celos de Marie por haber mantenido una relación amorosa con Triple H durante sus primeros años de estancia, y debido a que ahora tanto el luchador como la hija del dueño estaban comprometidos, Stephanie no quería a Chyna en los vestidores.

Laurer decidió no continuar con su carrera luchística, e incursionó en el cine para adultos, fue partícipe de seis películas pornográficas y esto fue motivo suficiente para que Mr. McMahon y compañía, dejaran de hacerle promoción por miedo a la ‘mala imagen’ que podrían tener. Decisión que fue apoyada por el mismo Triple H pese al amorío y amistad que sostuvieron por años.

La traición de Triple H a Chyna y sus últimas palabras antes de morir

Chyna fue prácticamente borrada de la empresa y hasta la fecha, no se le menciona para casi nada. En una de sus últimas entrevistas, la ex WWF declaró puntualmente:

“Triple H, ¿cómo pudiste apuñalarme después de 15 años? Le estás haciendo el favor a Stephanie que es una maldita perra”.

-Chyna

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Laurer cayó en depresión y, en abril de 2016, falleció por una sobredosis de alcohol mezclado con diazepam y nordazepam (fármacos para la ansiedad y el insomnio) a sus apenas 46 años. Su cerebro se descompuso al grado en el que los médicos no pudieron estudiarlo para verificar si la ex luchadora había padecido de Encefalopatía traumática crónica.

Finalmente, sus restos fueron arrojados en el océano pacífico, acto que ella misma pidió poco antes de morir.

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