La jornada 24 de la Serie A le sonrió al guardameta mexicano, Guillermo Ochoa, quien luego de dos fechas consecutivas en el banquillo, regresó a la titularidad para defender el arco del Salernitana en la visita del Monza al Estadio Arechi.

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El cancerbero le respondió a Paulo Sousa y con más de tres atajadas cruciales mantuvo su cabaña en ceros para que los suyos pudieran sacar el triunfo con el 3-0, gracias a los tantos de Lassana Coulibaly, Grigoris Kastanos y Antonio Candreva.

Ante la necesidad de hacer valer su guarida y la exigencia de sacar el resultado para escalar en la tabla general, el Salernitana no especuló. Apenas se escuchó el silbatazo inicial y Domen Crigoj probó su suerte a balón parado. El mediocampista se fue a la segura y con un disparo directo al ángulo puso a los presentes de pie, aunque el tanto del gol se ahogó luego de que Alessio Cragno desvió la pelota con los puños.

En las contras, Patrick Ciurria logró quitarse a sus marcadores, se acercó a línea de fondo y mandó un servicio para Christian Gytkjaer, mismo que para su mala suerte le quedó demasiado largo y no pudo conectar.

Para la segunda parte, ambos técnicos realizaron ajustes con la intención de mover la pizarra y hacerse de los puntos, sin embargo, al único que le redituaron fue al local.

Una jugada dentro del área visitante y en el intento de sacar la redonda, Luca Caldirola termina por entregarla a Antonio Candreva, quien desde la izquierda asistió para Lassana Coulibaly y sin titubeo la mandó a guardar con un disparo directo al ángulo.

La euforia se desató en las gradas y el rostro de Alessio Gragno lo decía todo.

Con la ventaja de su lado y el ánimo a tope, los de casa pisaron el acelerador, lo que provocó la respuesta del cuadro de Raffaele Palladino, fue ahí que Guillermo Ochoa se convirtió en una auténtica muralla con un achique, un desvío con las manos y una aparición con los puños se llevó los reflectores para negarle el tanto al Monza.

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Ya en los últimos minutos, Domagoj Bradaric recuperó por su banda, desbordó y mandó un ligero pase para Grigoris Kastanos, que ya dentro del área no perdonó.

Finalmente, un error de los visitantes y Antonio Candreva le gana el achique al portero para terminar la jugada en el rebote. La desesperación le cobró factura a los de blanco y se quedaron con diez tras la expulsión de Giulio Donati. El tiempo se cumplió y no hubo más.

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