A un año del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, el Comité Olímpico Internacional (COI) se enfrenta ante una de las decisiones más importantes en su historia reciente: determinar la exclusión o participación con bandera neutral de los atletas rusos y bielorrusos en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024.

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A pesar de que el movimiento olímpico, desde su fundación, ha tratado de mantenerse al margen, o incluso ha buscado representar el papel de mediador en los problemas, existen antecedentes en los que la política y los conflictos bélicos han terminado por interponerse, como un retrato de la realidad, donde lo deportivo y lo social a menudo van de la mano. Incluso, a veces, resultan inseparables.

A poco más de 500 días para los Juegos Olímpicos de París 2024, las sensaciones dentro del movimiento olímpico son de incertidumbre. Hace algunas semanas, Thomas Bach, presidente del COI, abrió el diálogo para que los atletas rusos y bielorrusos puedan participar en la próxima justa, aunque sea con la bandera neutral.

Sus palabras de inmediato fueron cuestionadas por algunos países y comités nacionales, al considerar que atletas provenientes de países invasores no tienen cabida en el deporte. Los argumentos del COI están sustentados en su Carta Olímpica.

“La historia mostrará quién está haciendo más por la paz. Los que intentan mantener las líneas abiertas, comunicarse o quienes buscan aislar y dividir”, dijo el presidente del COI.

“Hemos demostrado esto con gran éxito en el pasado en el movimiento Olímpico. Nuestro papel es juntar a las personas”, señaló el dirigente. Lo cierto es que sus palabras no convencen a todos. Hay quien se opone de manera rotunda, o están los que piden que los deportistas involucrados se manifiesten públicamente contra el conflicto bélico.

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El tema ha llegado incluso al gobierno francés. “Mientras Rusia siga con la guerra de Ucrania, deseo que no haya una delegación rusa en los Juegos de París 2024. Me parecería indecente, que un país desfilara como si nada, que vinieran a París mientras siguen cayendo bombas en Ucrania, dijo Anne Hidalgo, alcaldesa de la capital francesa.

ABREN LA PUERTA AL DIÁLOGO

Lo cierto es que, de manera natural, el Comité Olímpico Internacional se ha involucrado en el conflicto.

Desde sus filas, sin embargo, apelan al espíritu del movimiento. “Los Juegos Olímpicos no pueden evitar guerras y conflictos. Tampoco pueden abordar todos los retos políticos y sociales de nuestro mundo. Este es el ámbito de la política. Pero los Juegos Olímpicos pueden servir de ejemplo para un mundo en el que todos respeten las mismas reglas y a los demás. Pueden inspirarnos para resolver los problemas, tendiendo puentes que conduzcan a un mejor entendimiento entre las personas. Pueden abrir la puerta al diálogo y a la construcción de la paz de una manera en que no lo consiguen la exclusión y la división”.

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Y añade: “El 24 de febrero de 2023 se cumple un año desde que Rusia invadió Ucrania con el apoyo de Bielorrusia: un año de guerra brutal, sufrimiento humano, matanzas y destrucción. Lo sentimos profundamente por el pueblo ucraniano, cuyo dolor y sufrimiento van más allá de lo imaginable. En este sombrío aniversario, el Movimiento Olímpico se une a los llamamientos en favor de la paz y está dispuesto a aportar su modesta contribución a cualquier esfuerzo de consolidación de la paz.”

“El COI condenó esta guerra sin sentido en los términos más enérgicos desde el día de la invasión. Sin que se vislumbre el final de los combates tras un año de derramamiento de sangre, el COI reitera su condena de la guerra en Ucrania, que constituye una flagrante violación de la Tregua Olímpica que estaba en vigor en aquel momento, y de la Carta Olímpica. Por este motivo”, añade, “el COI sancionó a los Estados y Gobiernos ruso y bielorruso, únicos responsables de esta guerra, de una forma sin precedentes: ningún acontecimiento deportivo internacional organizado en Rusia y Bielorrusia; ninguna bandera, himno u otro símbolo nacional desplegados (en competiciones deportivas); y ningún funcionario gubernamental o estatal acreditado para ningún acontecimiento deportivo internacional”.

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