Dos finales de conferencia de forma consecutiva, una paternidad incipiente y la fórmula secreta para vencer a la superestrella. La rivalidad entre Patrick Mahomes y Joe Burrow, dos mariscales de campo jóvenes, de 27 y 26 años, respectivamente, acumula elementos para dominar la próxima década. Es la historia del deporte, siempre hay dos que destacan, pero sólo uno puede ganar.

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A su estilo, ambos pasadores tienen tintes de superestrella. Mahomes es talento puro, el pase imposible, la fe constante de que algo ocurrirá con él en los controles. Joe Burrow es el hielo en las venas, el dominio absoluto de las emociones, la fe constante de que algo ocurrirá con él en los controles.

Chiefs y Bengals se verán las caras el próximo domingo en el Arrowhead Stadium. Por las redes sociales, sin embargo, hay quien ha comenzado a llamarle “Burrowhead” al reino de Kansas City. Patrick Mahomes es invencible para casi todos, menos para Burrow. Al contrario, el mariscal de campo de Cincinnati le tiene tomada la medida al quarterback de los Chiefs. Desde que llegó a la NFL, como la primera selección del Draft del 2020, se han enfrentado en tres ocasiones, y aún no conoce lo que es la derrota. El récord de 3-0 ante Mahomes brilla inmaculado en el historial de “Joe Brr”, sobrenombre que refleja su frialdad para tomar decisiones.

Más allá de los números, son las formas las que se recuerdan en esos tres enfrentamientos, siempre al límite, decididos por no más de tres puntos. El primero tuvo lugar en la semana 17 de la temporada pasada, en el “Cabeza de flecha”. De cara a los playoffs, los Chiefs llegaban como favoritos, pero algo había en el ambiente de prueba grande, conscientes de que el buen nivel de los Bengals funcionaba a modo de parámetro.

Ambos quarterbacks ofrecieron un recital acorde a las expectativas, aunque es cierto que los Chiefs contaron con mayor equilibrio. Mahomes lideró a su equipo con dos pases de touchdown y 259 yardas, mientras que los corredores Darrell Williams y Derrick Gore se combinaron para superar la cien yardas e ingresar a la zona prometida en un par de ocasiones.

Por Cincinnati, la gran figura fue Burrow. El mariscal de campo demostró que no le tiembla el pulso en los grandes escenarios al brillar con cuatro pases de touchdown y 446 yardas. A los Bengals les costó correr, pero ni falta hizo, Burrow encontró en Ja’Marr Chase al cómplice perfecto. El receptor registró tres touchdowns y 266 yardas, en una actuación para la historia. Los visitantes se llevaron la victoria con un apretado 34-31.

Semanas más tarde, ya en el Campeonato de Conferencia, ambos equipos volvieron a verse las caras en el Arrowhead. Tampoco hubo revancha. Los Chiefs tomaron una ventaja importante durante los dos primeros cuartos, pero los Bengals supieron regresar para llevarse la victoria 27-24 y conseguir el boleto al Super Bowl.

En aquel partido tanto Mahomes como Burrow tuvieron algunos errores. El quarterback de los Chiefs terminó con 275 yardas, tres pases de touchdown y dos intercepciones, mientras que Burrow, de partido mucho más discreto que el de la temporada regular, pasó para 250 yardas, dos pases de touchdown y una entrega de balón. Aún así, ambos fueron capaces de mover el balón en los momentos importantes para ofrecer un partido parejo, que contó con empates y volteretas y sólo se definió hasta el tiempo extra.

Finalmente, Chiefs y Bengals se enfrentaron en la semana 12 de la presente campaña, con triunfo 27-24 para Cincinnati. Si Joe Burrow demostró ser el dueño del Arrowhead Stadium, confirmó que en casa también tiene las de ganar. El mariscal de campo brilló con dos pases de anotación y uno más por tierra para liderar la victoria sobre los Chiefs. Mahomes registró dos touchdowns, uno por aire y el otro por tierra, pero poco pudo hacer para evitar una nueva derrota. Este domingo tendrá otra oportunidad, una vez más en la antesala del Super Bowl.

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