11, agosto 2022 - 0:56
Foto: Mexsport
La memoria todavía no se desgasta. Miguel Ponce recuerda como si fuera ayer el logro más grande del futbol mexicano. La medalla de oro en Londres 2012 sigue vigente en el Pocho. Son diez años los que han pasado y él sigue con el momento en la mente.
En entrevista con ESTO, el lateral confesó que fue uno de los momentos más grandes de su carrera. “Recuerdo muchas cosas, desde el momento en el que nos preparamos, los amistosos, en realidad la preparación no fue tan buena, hubo críticas y momentos malos, seguimos trabajando, fuimos de menos a más, agarramos confianza, mejoramos, teníamos un grupo extraordinario, los refuerzos hicieron una buena mancuerna, una buena química, creo que es uno de los mejores momentos de mi carrera”.
El Pocho estuvo cerca de no ir al torneo Olímpico. “Algo no tan claro, incertidumbre porque yo venía de una lesión, en Toulon, ya seguían los Juegos Olímpicos, mi lesión me tenía en duda, afortunadamente me recuperé, el profesor me tenía en mente, días antes de sacar la lista, nos avisó, cuando recibí esa llamada, me puse contento y feliz, la incertidumbre no me dejaba tranquilo. Al final me consideraron y gracias a Dios fui parte de esa historia”.
El grupo fue clave. “Las concentraciones eran largas, dejamos los egos de lado, suele pasar que algunos se sienten más que otros, en este caso tuvimos muy buena química, la camaradería era buena, reírnos, nos juntamos a jugar, a platicar, las concentraciones eran largas, todo eso nos ayudó a tener buena comunicación, muchas anécdotas que todo queda en la memoria, bonitos recuerdos”.
Luis Fernando Tena y Salvador Reyes fueron la dupla clave. “El Profe es un tipo mesurado, muy callado, habla más con cada jugador en corto que dando indicaciones a gritos, Chava Reyes era el que tenían más esa parte de indicaciones, Tena jalaba a un jugador, platicaba, es un tipo muy buena onda, muy amable, hizo un grupo muy cerrado y muy fuerte”.
El arranque fue complicado, el empate ante Corea del Sur no generó mucha ilusión en los espectadores, pero ellos lo tenían claro. “No nada más ese partido, ya sabíamos desde el proceso, el partido de preparación era muy adverso, ese partido terminamos con el empate, es más de lo mismo, eso no nos afectaba, sumamos y eso era siempre bueno, pulimos cosas, comenzamos de menos a más, al final, el empate fue duro, pero supimos levantarnos”.
Triunfos ante Gabón y Suiza le dieron el pase como primer lugar para enfrentar a Senegal. “Sí, nos ayudó mucho, fuimos primeros de grupo, los equipos más fuertes se eliminaron entre ellos, el camino se nos fue dando, obviamente el proceso fue complicado, como Senegal, nos empatan y te preocupa un poco, pero supimos revertir”.
El país del Sol Naciente fue el siguiente rival. “Sí, el partido se sufrió, más estando ahí, viviendo el partido, más de cerca, es difícil porque quieres estar, el nerviosismo crece, queremos seguir avanzando, llegamos a esa altura del torneo, Japón es una selección muy competitiva, teníamos de nuestro lado a Peralta que estaba en buen momento, fue muy importante para nosotros”.
La llegada a Wembley lo marcó de por vida. “Un sueño que se convirtió en realidad, sabemos la historia del estadio y cuando sabemos que la final va a ser así y vamos, llegamos, obviamente la sensaciones son diferentes, crece, cuando pisas el estadio, todo está lleno, el momento se te enchina la piel, te pones sensible, un momento soñado, la verdad es que fue así, gracias a Dios tuvimos la oportunidad de estar en esa camada”.
Y la final ante Neymar, Thiago Silva y compañía no fue sencilla. “Nosotros teníamos confianza, no teníamos nada de perder, algo nos traíamos, los favoritos eran ellos, la presión y todo lo demás era para ellos, nosotros estábamos tranquilos, era una gran selección, lo que hicieron en el torneo, todos pensaban que ellos iban a ganar, se enfrentaron a un México con ganas, en buen momento, no había mejor escenario, todo estaba armado para la hazaña que logramos”.
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