Cada que concluyen unos Juegos Olímpicos, los que saben del tema, nos salen con que “fueron los mejores de la historia”, y en esta ocasión no fue la excepción ¡Quiero creerles!

A pocos días de que iniciaran, en el partido de futbol Argentina vs Marruecos ocurrió un hecho inédito, cuando el silbante se vio obligado a agregar 15 minutos al segundo tiempo; en virtud de que, los aficionados marroquís habían invadido (7 veces) el terreno de jugo.

Cuando agonizaba el tiempo agregado, cayó el gol del empate para los pibes, lo que originó que el encuentro se tuviera que suspender (temporalmente) debido a que el público enardecido invadió nuevamente la cancha arrojando petardos.

Para acabarla de amolar, el partido se reanudó casi dos horas después, con el estadio ya vacío y el árbitro, VAR de por medio, decidió anular el tanto de la igualada por posición fuera de juego. Sin duda, fue una de las situaciones que mancharon los olímpicos.

La ceremonia inaugural polarizó las opiniones, por un lado, los porristas que aplaudían a rabiar y por otro a quienes les pareció una exageración el hecho de hacer apología de la diversidad y se sintieron ofendido con una supuesta mofa que representaba una parodia de la última cena.

Yo pienso que el “desfile” de las delegaciones por el Río Sena le restó emotividad y evitó la gran convivencia de la humanidad al no permitir congregar a todos los países y a las diferentes razas en el estadio olímpico como tradicionalmente ocurría.

Y, por supuesto que la gran polémica la protagonizó la boxeadora argelina Imane Khelif, quien finalmente se adjudicó la medalla de oro femenil en su categoría.

La desinformación campeó a sus anchas en el caso que nos ocupa, generando la controversia y la indignación, cuando algunos ignorantes acusaban a la pugilista de ser un deportista trasngénero, lo que resultó absolutamente falso.

El COI fue el encargado de organizar la competencia y le permitieron participar bajo el criterio de la: inclusión y no discriminación, aduciendo que se trataba de una mujer que producía altos niveles de testosterona. Además, pretextando que si se le sometía a una prueba de determinación de sexo estarían violando sus derechos humanos se abstuvieron de hacerlo.

No me parece un asunto menor. Mi opinión es que era mandatorio lo que determinan sus cromosomas, si tiene XX es una mujer; pero, si resulta que posee los cromosomas XY (aunque tenga genitales femeninos) genéticamente se trata de un varón, lo que le otorgaría… una ventaja desleal.Una ventaja desleal