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Mi perspectiva.José Luis Camarillo
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José Luis Camarillo

10, junio 2022 - 4:35

Mi perspectiva

Sueño australiano

 

A propósito de la más reciente columna de Mauricio Sulaimán Saldívar, que escribió maravillas del que fue su primer viaje al quinto continente, Australia, aprovecho para recordar que hace 22 años el autor de estos párrafos tuvo la oportunidad de comprobar que los australianos le dispensan un trato muy afectuoso a sus visitantes.

Sulaimán Saldívar, que pudo conocer la tierra de los “aussies” a raíz de la contienda entre Devin Haney y George Kambosos, vivió desde niño los hechos más relevantes en la historia de nuestro deporte, por ser hijo de Don José Sulaimán, lo que se combinó con su auténtica pasión por el pugilismo. 

En la tierra de los canguros, Moro (así le llaman en su casa desde que nació) fue objeto de “un trato de rey”. Uno de sus anfitriones fue el inmortal ex campeón Jeff Fenech.  

Antes de proseguir, quisiera revelar que estuve a punto de no conocer Australia porque yo mismo le pedí al entonces Director Carlos Trápaga no comisionarme para los Juegos Olímpicos de Sídney, debido “al miedo” que en ese entonces ya me daba subirme a un avión. Le expliqué que el solo trayecto sin escalas desde Los Ángeles, California, iba a ser de 14 horas y media, por la aerolínea australiana Qantas.

Al subrayarle mi temor de tener que estar tantas horas en un avión, Carlos Nicolás Trápaga Barrientos simplemente respondió: “Con eso se te quita, hijo”. Y estuvo sobrado de razón, porque después fueron incontables los viajes de este servidor de ustedes a Tailandia, Japón y China, por citar sólo tres países, siempre con mucho ánimo.

Es menester señalar que meses antes de los JO de Sídney y de ello hay distintos testigos, entre ellos mi colega Juan Carlos Gutiérrez, ex corresponsal de Notimex en Mérida, viajábamos en un Jumbo 747 de Aerolíneas Argentinas -aeronave igual que la de Quantas- rumbo a Mar del Plata, cuando después de un tiempo considerable de surcar el Océano Atlántico, el mecánico de vuelo nos informó a los pasajeros que tendríamos que regresar al aeropuerto de Miami, “por una falla técnica”. Gracias al Ser Eterno, regresamos sin contratiempos a suelo de Florida para reanudar nuestra transportación al siguiente día.

También considero pertinente señalar que hemos cubierto convenciones no solamente del WBC, pues en aquella ocasión del “gran susto en el aire” volábamos para asistir al congreso anual de la WBO.