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Hablillas. José Ángel Parra
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José Ángel Parra

27, mayo 2024 - 6:00

Escalón crema

La tendencia comenzó en la final de la temporada 1988-89. Emotiva, disputada, pero el barco se inclinó en favor del americanismo. Y eso que se trataba de dos equipos mucho más parejos que los actuales. Las Águilas ochenteras presumían a gente como Adrián Chávez en la portería o a los laterales Che-Che Juan Hernández y al charrúa Cesilio de los Santos, además del insuperable Capitán Furia Alfredo Tena, en la central, así como al todoterreno Cristóbal Ortega en la recuperación.

Y de ahí agregamos a Adrián Camacho y Gonzalo Farfán, para dejarle la parte artística al inigualable brasileño Antonio Carlos Santos. El Negro, todo un demonio, con el esférico atado a los pies, contaba también con la zancada del zurdísimo Luis Roberto Alves Zaguinho, más la efectividad, en punta, del letal goleador Carlos Hermosillo. El ingenio de Jorge Silva Vieira, en el timón azulcrema, le daba las herramientas necesarias a toda esa plantilla, suficiente para alimentar a las poderosas Águilas en pos del título.

Del otro lado, Mario Velarde contaba con una escuadra sólida, bien agrupada y muy fuerte en media cancha. De entrada contaba con el portero Pablo Larios Iwasaki, inolvidable guardameta mundialista en México 1986. Asimismo, Arturito Álvarez y Héctor Esparza, dos laterales muy duros de pasar. La central, fortalecida con el chileno Edgardo Fuentes, y en la recuperación Armando Romero, agrupado con gente de gran calidad como Pedro Duana y Porfirio Jiménez. La cereza en el pastel, la clase de Patricio Hernández. El defecto estaba en la última parte. El delantero Narciso Chicho Cuevas era un artillero de corto alcance. Por eso gran parte de la definición se recargaba en el Pato. Aún así la serie satisfizo a ambas fanaticadas. El ajustado 5-4 global es una prueba de ello.

Desde entonces, a la fecha, Cruz Azul ha sido escalón azulcrema. Los dos trofeos del Piojo Miguel Herrera, como estratega americanista, se los debe a La Máquina (en el Clausura 2013 y el Apertura 2018). Pero, aunque lejos de convencer, el bicampeonato alcanzado anoche en la era de los torneos cortos refrenda ese dominio absoluto hacia los cementeros (cuatro de sus 15 trofeos han sido a costa de ellos) y, de paso, instala, en muy breve lapso, al colmilludo brasileño André Jardine como histórico crema.