
Eduardo Brizio
8, marzo 2024 - 6:01
Hace muchos años nuestros amigos de la FIFA decidieron que evitar un gol en contra debería de ser considerado como una grave violación al espíritu del juego. Así, quedó establecido que el hecho de “malograr una oportunidad manifiesta de gol” mediante un acto ilícito, sería castigado con “la pena de muerte balompédica”: la expulsión.
Se establecieron cuatro criterios a saber y a continuación, me voy a permitir citarlos.
11) La distancia entre la portería y el sitio en dónde se cometió la infracción, esto quiere decir que debe haber proximidad al arco. Si la infracción se comete a cuarenta metros, pues lo más probable es que no sea de tarjeta roja.
22)La dirección del juego. El balón debe llevar rumbo a la portería. Entre más “abierta” vaya la esférica, menos probabilidades habría de anotar.
33)El atacante debe de llevar el balón controlado o tener muchas posibilidades de hacerlo. Es decir, si la pelota ya se le “escurrió” o quedó fuera de su alcance, no debe de ser penalizado con una expulsión.
4 4)La posición y número de defensores le deben de ser favorables al atacante, lo que se ha venido a convertir, coloquialmente; en decir que: “se trata del último hombre”.
Así, resulta indispensable que se cumpla (absolutamente) con todos y cada uno de los criterios mencionados, para poder configurar el “delito” de malograr, infracción de por medio, una clara y manifiesta oportunidad de gol.
Después, se empezó a hablar del “triple castigo”; es decir, que, cuando se cometiera la infracción dentro de la propia área penal, con mucha seguridad: 1) se marcaría un penal 2) sería expulsado dejando a su equipo en inferioridad numérica y 3) el hecho de haber recibido una tarjeta roja haría que, en automático, fuera suspendido para el siguiente partido.
Con la finalidad de abolir el “triple castigo” (lo que se consideraba excesivo) se introdujeron cambios y quedó establecido que, si la falta se cometía dentro de su propia área penal; pero, se cometía “intentando jugar el balón”, se sancionaría la pena máxima; pero, el castigo disminuiría de tarjeta roja a tarjeta amarilla.
La redacción nos lleva a inferir que, para evitar el triple castigo la infracción debe de ser cometida con el pie y en el caso de cualquier otra infracción (mano, jalón, empujón, etc.) irse a bañar temprano sería inevitable.
Si la falta que malogra una clara y manifiesta oportunidad de gol es cometida afuera del área y cumple con los cuatro criterios mencionados líneas atrás no habrá argumento que evite dejar a su equipo … en inferioridad numérica.
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