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Columna invitada
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7, junio 2023 - 8:00

El Partido de la Hermandad México-Guatemala

Por Maximiliano Reyes Zúñiga*

El balón que rodará en el Estadio de Fútbol Mazatlán este 7 de junio es un testigo silencioso de nuestra prolongada amistad. En el marco de un emocionante partido entre México y Guatemala, celebramos 175 años de relaciones diplomáticas sólidas y fructíferas.

Al igual que nuestra historia, el campo de fútbol es extenso y está lleno de desafíos y triunfos. Como el balón que se desplaza sin cesar, nuestra amistad y cooperación han recorrido un largo camino, siempre dentro de las líneas de respeto y fomentando la confraternidad entre nuestras naciones. Nuestra cooperación se ha construido sobre la base de estrategias compartidas, compromiso mutuo y un objetivo común: el desarrollo y bienestar de nuestros pueblos.

Nuestra herencia compartida maya se refleja en el antiguo juego de pelota, Pitz, precursor del fútbol moderno, en donde la cooperación y estrategia eran vitales para el éxito. Este juego, símbolo de la complejidad de la vida, refleja de manera análoga la historia de nuestra relación bilateral: una senda llena de desafíos, pero siempre hacia adelante gracias a nuestro esfuerzo en conjunto. Como en el Pitz, nuestras victorias son logros compartidos que nos acercan a un futuro equitativo y próspero.

México y Guatemala han demostrado ser un equipo formidable en el terreno de la cooperación bilateral. En conjunto, hemos logrado avances importantes en áreas como el desarrollo económico y la modernización de la infraestructura fronteriza. El programa “Sembrando Vida”, al que se ha unido Guatemala en 2022, serán un verdadero golazo, porque beneficiará a 14,000 agricultores guatemaltecos, mejorando sus prácticas agrícolas y apoyando la autosuficiencia alimentaria.

Recuerdo especialmente un partido en el Estadio Azteca en 2020. Esa noche, el marcador favoreció a México. Así como ocurre en el deporte, en la diplomacia también hay altibajos, no todas las victorias son fáciles, sin embargo, trabajando como lo hacen los buenos amigos y vecinos, aumentamos nuestras posibilidades de lograr victorias. Triunfos que benefician a nuestras poblaciones.

¡Hermanos guatemaltecos!, aguardamos con emoción el próximo enfrentamiento en Mazatlán, y, por favor, no sean demasiado duros con nosotros si están planeando la revancha. Recuerden que, como entrañables vecinos, seguiremos avanzando hacia el futuro, trabajando juntos para superar obstáculos y alcanzar nuestros objetivos compartidos con la misma pasión y determinación que vemos en el campo de fútbol.

En el Estadio Mazatlán, bajo las luces y ante los ojos del mundo, se celebrará no solamente un juego, sino una hermandad que ha resistido la prueba del tiempo. Al igual que en el fútbol, cada reto que enfrentamos juntos como naciones nos une en mayor medida y nos acerca a un futuro más brillante y próspero para nuestros pueblos. En este espíritu, invito a Guatemala a que sigamos colaborando para no sólo marcar más goles, sino también para marcar una verdadera diferencia. Contrariamente a lo que sucede en el campo, en un deporte en el que uno gana y el otro pierde, en el fortalecimiento de nuestra relación bilateral, todos salimos ganando.

*Subsecretario para América Latina y el Caribe en la SRE