Cuando bajo la batuta del Jimmy Lozano México logró coronarse en la Copa Oro, los “porristas de la Selección”, ni tardos ni perezosos exigieron que ya dejara se ser el técnico interino y que fuera ungido como el seleccionador nacional. Y así fue.

Incluso, hasta tuvieron la feliz ocurrencia de ponerle el rimbombante mote el “Lamborjimmy”, encumbrándolo hasta las estrellas. Trascurridos algunos meses, los mismos que le quemaban incienso han volteado bandera y ponen en tela de juicio su continuidad al frente del Tri.

Ahora, muchos se jalan los pelos y gritan a los cuatro vientos que: “unos directivos del balompié mexicano ya tenían apalabrado a Marcelo Bielsa (antes del Jimmy) para que tomara las riendas de la Selección”.

Se refieren al estratega argentino como si fuera la reencarnación del Dalai Lama balompédico o como si hubiese sido el inventor del futbol.

El “Loco” Bielsa lleva dirigiendo clubes y selecciones, se podría decir que ininterrumpidamente, desde 1990. Eso quiere decir, si Pitágoras o Cronos no mienten que lleva 34 años trabajando como timonel desde el banquillo.

No los quiero desilusionar; pero, el palmarés de don Marcelo es bastante pobre. Ganó un par de títulos en sus inicios en la primera división argentina dirigiendo a Newell´s Old Boys e hizo lo propio cinco años más tarde con Vélez Sarsfield y párenle de contar.

Desde entonces, no ha vuelto a obtener ningún título a nivel de clubes, con todo y que ha dirigido equipos en: Argentina, México (al Atlas y al América) en España (Espanyol de Barcelona y Athletic de Bilbao), en Francia (Olympique de Marsella y Lille OSC) y hasta en Inglaterra (Leeds United).

A nivel de selecciones ha prestado sus servicios en: Argentina, Chile y Uruguay, siendo el único título internacional que ostenta el obtenido en los Juegos Olímpicos Atenas 2004, cuando el equipo argentino, dirigido por él, subió al pódium a recibir la medalla de oro.

Hace 20 años que no gana un título con alguna selección y 27 que no logra coronarse con un club. Pero, tuvo la fortuna de nacer muy cerca del Río de la Plata y la gracia de “hablar cantadito”,
Tiene la virtud de ser un poeta del futbol y con sus filósofos versos “dormir al velador” apantallando a sus interlocutores con su sapiencia.

De que tiene sus cualidades, las tiene. Pero, que no nos vengan a querer vender a Bielsa como la octava maravilla o el redentor del futbol mexicano … de la que nos salvamos.