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PARÍS 2024

Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

29, diciembre 2023 - 5:36

Cubrieron de gloria a su equipo

El partido se llevó a cabo en el Estadio Jalisco, se diputaba la última fecha del torneo 62-63 y al rebaño sagrado, quien había conseguido los últimos cuatro de manera consecutiva, le bastaba un empate para convertirse en pentacampeón. Sin embargo, en el caso de una derrota, sería el Oro quien levantara, triunfante, el trofeo.

El Oro fue un equipo que apareció en la primera división en 1944, fundado por un grupo de joyeros tapatíos y desapareció en 1970 cuando se convirtió en el Jalisco, quien descendió al averno de la segunda en 1980, para luego desaparecer.

Nosotros, los Brizio, radicábamos en la Ciudad de México; pero, mi abuelito Arturo vivía en Guadalajara, de modo que mi jefe decidió que era una buena oportunidad la de viajar a la “Perla Tapatía” (su tierra natal) para saludar a su progenitor y de paso, asistir al magno evento balompédico.

Pues ahí nos tienen, al clan Brizio, abordando el tren que nos conduciría a nuestro anhelado destino.

Aquí es necesario abrir un paréntesis para hacerles una confidencia, que espero no salga de aquí: en aquel entonces éramos partidarios de las Chivas.

El Oro se fue arriba en el marcador, el gol nos tocó abajito de nosotros; ya que nos sentaron atrás de la portería. En el segundo tiempo el brasileño Manoel Tabares “Necco” había batido la meta defendida por el “Tubo” Gómez.

Corría el último minuto, se produjo un tiro de esquina en favor de los caprinos, (en la otra portería) y sorprendiendo a propios y extraños Jaime el “Tubo” Gómez, cancerbero de las Chivas, se aventuró al remate.
Se ejecutó el “corner” y nadie podía creer lo que ocurrió a continuación: el “Tubo” conectó la esférica con la cabeza y el balón estaba a punto de entra en el ángulo superior izquierdo para logar el gol del empate y del título.

Providencialmente el portero del Oro, Toño el “Piolín” Mota, con un resorte impresiónate se colgó de la lámpara evitando que su meta fuera vulnerada. Esta acción fue legendaria.
Los mariachis callaron. El “campeonísimo” con toda su pléyade de estrellas había sido humillado.

Así, los “Mulos” de Oblatos, bajo la dirección técnica del húngaro Arpad Fekete, hicieron historia en el futbol mexicano: el “Pipis Ruvalcaba”, el “Tepo” Rodríguez, Amaury Epaminonadas, Nicola Gravina y el “Tamal” Ascencio, son algunos de los héroes que … cubrieron de gloria a su equipo.