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PARÍS 2024

Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

23, enero 2024 - 6:00

Con muy poquito pinole

He de platicarles, estimados lectores del Diario de los Deportistas que, recientemente, tuve “la feliz ocurrencia” de formular en redes sociales algunas preguntas relacionadas con el desempeño del mediocampista de las Águilas del América Álvaro Fidalgo.

¿Cuántos goles ha metido?, ¿Cada cuánto da un pase de más de 10 metros?, ¿Cuántos tiros al arco de media distancia realiza por partido?,¿Cuándo mete un pase de oro de medio gol?

Aunque al parecer mis cuestionamientos fueron del agrado de algunos “twitteros” que me dieron “me gusta”; no, no, no para qué les cuento, una horda de “emplumados” se me fueron encima como si yo le hubiera faltado al respeto a su progenitora.

La mayoría, descalificando mis preguntas con nulos argumentos, sin faltar aquellos que “camuflados” por el cobarde anonimato ofenden y denostan exhibiendo la más ínfima de las calidades humanas. De los horrores ortográficos, ya ni hablamos.

Fue tal la afrenta que, algunos, se tomaron la molestia de enviarme las estadísticas del personaje que hoy nos ocupa en el partido que su equipo sostuvo frente al Querétaro el pasado sábado.

El principal argumento de las cifras recibidas mostraba que Fidalgo había sido el jugador que más pases había realizado durante el partido. Luego entonces, la pregunta “Briziana” persiste ¿Cuantos fueron de más de 10 metros?

¿Metió uno de los goles? No, ¿Realizó un disparo de media distancia con dirección al arco? No. Aunque hay que reconocer que dio una asistencia (de menos de 10 metros) para el segundo tanto aguilucho.

Comprendo que es un enganche y no es el “táctico” del equipo y que sus funciones no son las de un goleador; pero, no concibo a un mediocampista sin disparo y sin la visión de campo para que, durante un encuentro meta por lo menos un par de servicios de oro que desequilibren el partido.

A mí me parece que es un futbolista cumplidor a secas, cuya principal virtud es la de cuidar la custodia del balón; toda vez que, casi nunca la pierde. Quizá por eso le apodan el “Mago” lo que, sin duda, es un exceso; sin embargo, resulta difícil perderla cuando nunca la arriesga.

En mi opinión han existido por lo menos 50 (quizá más) jugadores extranjeros mejores que él que se han enfundado en la casaca de los de Coapa a lo largo de su historia; pero, al parecer, a los actuales fanáticos del América les da tos … con muy poquito pinole.