AYER concluyó la Sesión 127 del Comité Olímpico Internacional celebrada en Montecarlo, donde se discutieron 20 + 20 recomendaciones que “trazan la hoja de ruta estratégica para el futuro de los Juegos Olímpicos”, inquietud del presidente de origen alemán Thomas Bach desde que se postuló para dirigir los destinos de este organismo en el 2013.
Activo en sus tareas como titular del movimiento olímpico, a sus 60 años tiene la visión para emprender las reformas rumbo al 2020, por eso, las 40 recomendaciones tienen esa separación de dígitos, una coincidencia en el tiempo y contenido en la transformación de este movimiento internacional.
Los altos costos en la organización de los Juegos Olímpicos y la evolución del deporte mismo urgen de medidas que permitan al movimiento olímpico gozar de la salud presente. El COI recibió 40 mil propuestas y 1,200 ideas públicas, debates y consultas para obtener el consenso que avalé los cambios: “La Comisión Ejecutiva del COI tendrá la tarea de determinar las prioridades para la aplicación de las recomendaciones” a partir de ahora.
El programa de los Juegos, principalmente los de verano, sufrirá las principales transformaciones, a pesar del dilema que representa la contradicción entre tradición y modernidad. Un primer ensayo fue la posible salida de la lucha olímpica. Muchas fueron las reacciones a favor y en contra.
Desde la profunda crisis “olímpica” de Grecia y las enormes inversiones de más de 50 mil millones de dólares de los Juegos de Beijing y Sochi para organizarlos, puede esto socavar los pilares que lo sostienen, no obstante que el COI trata de alentar el uso de instalaciones existentes y temporales, así como alentar su uso posterior con apoyo de los Comités Olímpicos Nacionales.
La recomendación 12 va en este sentido: “Reducir el costo y reforzar la flexibilidad de la gestión de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, el peor error sería dispersar la celebración de los Juegos como lo han sugerido para restarle ‘peso’ a la ciudad anfitriona. Este problema ya lo sufrió la FIFA en la Copa Mundial Corea-Japón y los resultados no fueron los esperados.
Desde hace tiempo se limitó la participación de los atletas a 10,500, cinco mil entrenadores y personal de apoyo para frenar el “gigantismo”, con un límite de 310 eventos para los Juegos de Verano, lo que no cambiará, pero sí se buscará la equidad de pruebas para hombres y mujeres en una relación del 50 por ciento o la creación de equipos mixtos como ya se observó en los clavados en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing.
Entre otras recomendaciones, sobresale la no-discriminación y la creación del canal olímpico, temas que apuntan al cambio.
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