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14, julio 2015 - 10:34

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FOTOS ARCHIVO: FOTOTECA,
HEMEROTECA Y BIBLIOTECA
“MARIO VÁZQUEZ RAÑA”

JOAN Sebastian, intérprete, compositor, productor discográfico, vio la primera luz el 8 de abril de 1951, en Juliantla, estado de Guerrero. Su señora madre, doña Celia Figueroa, lo internó a la edad de ocho años en una escuela en Guanajuato. En esa época empezó a manifestar su creatividad en diversas formas de expresión artística, como la poesía, la prosa y la música.
José Manuel Figueroa (su nombre verdadero), a los 11 años de edad, en su tierra natal, mientras montaba su burrito, sobre el que a diario entregaba la leche fresca desde Juliantla hasta Taxco, fue descubriendo una nueva forma de ver el mundo e inició a crear temas en serio.
Desde ese momento, también se hizo de una guitarra, cuando un conocido de su papá lo buscaba y traía consigo el instrumento. El hombre se lo ofreció: “Como voy a volver mañana, si quieres te dejo la guitarra y mañana me la llevo”, le dijo.
Se la dejó, y José Manuel no se despegó de ella. Entonces, el señor le recomendó a don Marcos que le regalara una, y así lo hizo.
A los 12 años fue internado nuevamente, ahora en el estado de Morelos, donde estuvo bajo el cuidado de “un cura ejemplar, el padre David Salgado”. Joan Sebastian revela que a partir de ese momento quiso ser sacerdote, idea que fue rechazada por su padre, pero bien recibida y apoyada por su abuela.
Su determinación fue tan fuerte que a los 14 años ingresó al Seminario Conciliar de San José, en Cuernavaca. Allí creció su vocación por la música y pudo hacer varios trabajos junto a otros seminaristas. Incluso compuso una misa. Finalmente comprendió que su verdadero camino era la música y no el sacerdocio.
Tenía 17 años cuando abandonó el seminario para dedicarse en cuerpo y alma a la carrera musical. Para sobrevivir se empleó como auxiliar de administración en el Departamento de Hospedaje del Centro Vacacional Oaxtepec, donde liberaba su energía musical cantando a través del equipo intercomunicador.
Una noche llegó a Oaxtepec la cantante Angélica María, quien buscaba una cabaña para pasar la noche; mientras esperaba, platicaron. Al día siguiente él le interpretó seis de sus canciones. Todas le gustaron. Angélica le sugirió que después la buscara para ayudarle y conectarlo con Eduardo Magallanes.

INICIA EL CAMINO AL ÉXITO
El intérprete, compositor y productor partió a la Ciudad de México, donde le informaron que Eduardo Magallanes y Angélica María estaban de gira por Sudamérica y después de tocar las puertas de prácticamente todas las compañías discográficas, solamente le quedaba por mirar una.
Arribó a Capitol un viernes; en el pasillo de entrada le dijeron que el director artístico era Chucho Rincón, quien en ese momento salía a comer; lo abordó, le comentó que él era cantante y compositor, Chucho regresó a su oficina, le pidió que le cantara una canción, le interesó y así le cantó hasta cinco o seis temas.
Lo llevó al estudio de grabación y pidió al ingeniero que le grabara acompañado por su guitarra cinco canciones para presentarlo con la cinta grabada a la junta de audición de nuevos artistas, a la vez que le dijo al joven: “¡Vente el martes a firmar, ya eres artista Capitol!”.
La primera grabación de Joan Sebastian se preparaba, mientras tanto, pasado un tiempo, Chucho lo nombró asistente de la dirección artística de la compañía. Así, se pudo introducir en el medio discográfico. Rápidamente conoció y convivió con artistas, cantantes y compositores.
Grabó su primer disco, de éste destacó “Creémelo” y en Sonora pegó fuerte “Descartada”. A raíz de este éxito, el artista se desplazó a actuar a ese estado, de ahí a Tijuana y Los Ángeles, California.
Dio el salto a Chicago, donde varias canciones de él estaban siendo éxitos interpretadas por otro artista de la misma compañía de donde él era exclusivo y asistente de la dirección artística. Así empezó a hacer su propio camino, con el nombre de “Figueroa”.
Alternó las actuaciones en Chicago con otras actividades: cantante, presentaciones en programas de TV y vendedor de autos. Cantando, cobraba regularmente 50 dólares por presentación.
Se cambió de compañía discográfica apoyado por otro personaje de la industria, su amigo Alfredo Gil, a quien había conocido en la primera compañía, grabó varios discos que gustaban, pero no lo hacían despegar.
Entonces decidió cambiar su nombre artístico y se puso Juan Sebastián; él, de niño trabajó en Los llanos de San Sebastián. Le gustó el simbolismo de los nombres: Juan, que significa “libre”, y Sebastián, “Amante”. Enseguida, a sugerencia de una de sus hermanas, que creía en la Numerología, cambió la U de Juan, por la O. Así quedó Joan Sebastián.
Observó que algunos locutores al presentar su disco, decían Sebastian (sin el acento de Sebastián), finalmente nació Joan Sebastian. Era el año 1977.
El primer tema del artista ahora llamado Joan Sebastian fue “El camino del amor”, del cual se vendieron 127 mil copias. Todo un éxito que se escuchó incluso en Estados Unidos, Centro y Sudamérica.
El segundo sencillo, “Sembrador de amor”, fue elegido por el grupo argentino Mediterráneo, que lo interpretó en el Campeonato Mundial de Futbol de 1978, pero que fue éxito con él mismo. Empezó a ser conocido, así empezó su ir y venir dando a conocer su obra. Se sorprendió cuando un promotor lo llamó para cantar en Texas con un sueldo de mil dólares diarios.
Fue largo el camino que recorrió, haciendo carrera, tanto en escenarios fijos como en plazas de toros y lugares abiertos, en donde -el primero en hacerlo- presentaba toros (que él mismo iba criando), jinetes y sus primeros caballos, pues desde niño aprendió a montar y dominar a éstos. El público se fue aficionando a verlo actuar en el ahora generalizado “jaripeo”, de allí que el propio pueblo le llamara “El rey del jaripeo”.

EL RECONOCIMIENTO Y TRIUNFO
Cabe destacar que existen actualmente casi doce mil versiones, a nivel mundial, de sus exitosos temas.
Un número importante de premios están amorosamente guardados en su Juliantla, Guerrero. Premios: Lo Nuestro, Compositor del año BMI, Ascap, El salón de la fama de Billboard y once Grammys, cinco americanos y seis latinos.
Como cantante realizó más de cuarenta álbumes, como compositor le grabaron un número importante de intérpretes como Vicente Fernández, Antonio y Pepe Aguilar, Lucero, Alejandro Fernández, Alberto Vázquez, Beatriz Adriana, Chelo, Lisa López, Los Freddys, el grupo Samurai, La Banda Machos, R-15, Caña Verde, la Banda Móvil, (seguramente no hay banda que no le haya grabado), José Manuel Figueroa (su hijo), Graciela Beltrán, Rocío Dúrcal, Diego Verdaguer.
Producto de su versatilidad y del conocimiento del gusto popular, Joan Sebastian incursionó en prácticamente todos los géneros musicales. En su primera etapa se colocó como cantante pop juvenil; luego, para complacer a su madre, a la que en las fiestas del pueblo le gustaba oírlo acompañado por una banda, grabó un primer disco con Banda, su compañía mandó el disco completo (LP) a todas las radiodifusoras del país, fue sorprendente, empezaron a pegar simultáneamente varias canciones de este disco.
Así fue que Joan Sebastian, el de las canciones juveniles, gustó con banda a los jóvenes y a los no tan jóvenes; podemos asegurar que a él se debe el que la banda se haya colocado a nivel nacional en el gusto popular.
De su inspiración han brotado canciones románticas, rancheras, norteñas, gruperas, huapangos, corridos, pop y de banda. Sus éxitos ya conforman un catálogo tan grande como importante, por mencionar algunos: “25 rosas”, “Más allá del Sol”, “Maracas”, “Me gustas”, “Verdad que duele”, “Sentimental”, “Tatuajes”, “Un idiota”, “Y las mariposas”, “Afortunado”, “Así te quiero”, “Rumores”, “Lobo domesticado”, “Secreto de amor”, “Ojitos de golondrina”, “Un cariño como tú”, “El perdedor”, “Eso y más”, “El primer tonto”, “Bandido de amores”, “Invítame un cigarro”, “No es de madera”, “Te irá mejor sin mí”, “Estos celos”, “Para siempre”, “El último beso”, “Voy a conquistarte”, “Eso y más”, “Estuve”, “Bandida”, entre muchas más.
En su faceta de productor, también acumuló éxitos. Produjo con gran acierto a Rocío Ducal, Alicia Villarreal, Vicente Fernández, cuyo disco “Para siempre”, logró algo que no se había visto en la carrera del cantante jalisciense: casi dos millones de copias vendidas con una magistral producción de Joan Sebastian y que rompió con todo lo establecido en estos tiempos de crisis del disco.
Joan Sebastian fue, ni qué dudarlo, un personaje amado por el público. Permanecerá por siempre.