Observarla de lejos es gratuito, acercarse a ella cuesta un poco de trabajo; el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París tomó la decisión de colocar dentro del conocido como Olympic Vasque del Jardín de las Tullerías, la flama olímpica y para poder acercarse a ella una persona tiene que registrarse para conseguir un código QR.

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El engorroso trámite pocos lo quieren hacer, de hecho, mientras que fuera del recinto, miles se toman la foto del recuerdo, son pocos los que realmente llenan la documentación para poder acercarse al símbolo olímpico, algunos otros no tenían conocimiento de los pasos que se tienen que seguir para poder ingresar.

Francia presumió que el pebetero que está en forma de globol, tiene “una llama sin combustible, hecha de agua y luz, que no quema pero que ilumina, esta es la primera vez que firma EDF, con su anillo de llamas”.
Iñaki Andrés, maestro de filosofía de niños en Barcelona, España está de visita en París. Se acercó al lugar para poder observar la flama pero se topó con la sorpresa de que había que registrarse para acercarse a ella.

Las largas filas complican que la gente se acerque al fuego olímpico

Más que molestarle, señaló que es una buena idea del Comité Organizador para ubicar a la persona que ingresa al recinto y, en caso de que haya un atentado terrorista, saber qué individuo pudo estar involucrado.
“De entrada parece molesto, porque todo el mundo debería que tener acceso, pero la experiencia nos dice que si todo el mundo tiene acceso, al final no se ve nada, porque hay muchísima gente, y en estos sitios se acabó la inocencia”.

“El mundo está, desde hace muchos años, en situaciones en las que conviene tener seguridad, por lo tanto, más que pagar, yo diría que lo importante se sepa quién está en el lugar. Por eso no me molesta que haya muchos sitios donde tenías que solicitarlo, dar tus datos y tal, para que se sepa quién hay ahí”.
Agregó que la única forma de controlar los accesos son con los códigos QR que ya deben ser considerados parte de la seguridad para Juegos Olímpicos “es una forma de controlar, a estas alturas lo importante no se trata de saber quién es el asesino sino de que no asesinen a nadie. Este es el tema”, sentenció.

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