25, febrero 2024 - 18:52
El apoyo de Mextenis y Construyendo le está regresando la sonrisa a los habitantes Foto_Oswaldo Figueroa
Acapulco, Guerrero.- Tras cuatro meses de caos por el paso de Otis, en la colonia Miramar comienza a sentirse un poco de calma. En sus inmensas colinas, en las que los habitantes encontraron un rinconcito para su hogar, los restos de árboles y cascajo ya no interfieren con los caminos. Todavía quedan vestigios de lo que fue el huracán, pero también junto a los restos recolectados en algunas esquinas de las calles, ya se asoman las construcciones de algunas casas, una de ellas la de Don Julio Zamora, quien gracias a la Fundación Construyendo y Mextenis podrá recuperar su techo.
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“Este árbol lo quebró el huracán y cayó sobre mi casa, este árbol que estaba ahí. Sufrimos mucho, de todo, agua, luz, todo estuvo oscuro. Pero afortunadamente ahí vamos”, contó Julio a ESTO.
“Me siento feliz de estar de nuevo aquí y me siento feliz de tener nueva vida porque casi la perdía. Ahora estoy muy feliz porque ya me están ayudando con mi casa”, continuó.
Desde aquella noche del 25 de octubre, Construyendo se dio a la tarea de identificar las necesidades de los pobladores de Acapulco y junto a Mextenis se ha encargado de restaurar la casa de Julio, quien más allá de recuperar su hogar, agradece estar vivo, pues lo que vivió con Otis es algo que no le “desearía a nadie”.
“El huracán fue una cosa horrible, fue como un animal que venía sobre nosotros, nos destruyó“, contó.
MEXTENIS Y CONSTRUYENDO RECIBIERON AYUDA DE UN GRANDE
A unos días del arranque del Abierto Mexicano de Tenis, Félix Auger- Aliassime se sumó a la ayuda de Construyendo y visitó la casa de Julio para sumarse a la construcción.
“No puedo presumir que hice mucho“, bromeó el tenista canadiense número 29 del mundo, quien también aseguró que la realización del torneo de tenis tendrá un impacto muy positivo en la ciudad.
“Obviamente, cuando el huracán sucedió, había incertidumbre sobre si el torneo se hacía o no. Llegando aquí, al ver la situación local, ver lo difícil que ha sido para todos, fue un poco triste. Pero, al mismo tiempo, creo que el turno da mucha esperanza a la gente. Creo que trae muchas, no sé, vibras positivas”, contó Felix.
“Creo que es genial (la ayuda de Construyendo). Trato de hacerlo también yo mismo. Cuando puedo, me involucro en las comunidades locales a ayudar con mi tiempo y con el dinero que tengo”, continuó.
Don Julio es un orgulloso acapulqueño, nacido y criado en Puerto Márquez y en sus playas siempre encontró la manera de salir adelante. Por años navegó una pequeña embarcación en la que ofrecía servicios turísticos y aunque tras Otis pareciera que lo perdió todo, a sus 78 años sabe que todo mejorará, pues Acapulco siempre tiene la fuerza para hacerlo.
“Yo le digo a la gente que Acapulco está bien, se está reconstruyendo. Sí hay algunos destrozos, pero Acapulco no pierde su belleza“, cerró.
LA SONRISA ESTÁ REGRESANDO DE MANERA PROGRESIVA
Así como la historia de Don Julio se escuchan otras tantas en la colonia Miramar. Tan solo a lado del terreno donde se levanta su casa se observa una más recién reconstruido.
En la misma calle también vive Gudelia Tapia, otra beneficiaria de Construyendo. A “doña Gude”, le están haciendo una casa de dos pisos, un sueño para ella después de todo lo vivido.
“Quede aterrorizada porque pedí todo. Todo, mi tele. Mi casa, mi refri. Todo se mojó. Bendito Dios que me están ayudando, estoy muy feliz de poder tener mi casita”, dijo.
Así, es que poco a poco Acapulco recupera la vida. En la esperanza de sus miles de habitantes que están convencidos de que se van a levantar, de aquellos que como Don Julio saben que “Acapulco es bello siempre”.
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