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7, enero 2024 - 10:51

┃ José Ángel Rueda

Edson Álvarez tuvo que jugar la segunda mitad con una tarjeta amarilla Foto_Reuters

Lo que parecía ser un día tranquilo para el West Ham terminó por convertirse en una pesadilla en la tercera ronda de la tradicional FA Cup. El equipo londinense dominaba las acciones desde los primeros minutos ante el modesto Bristol City, sin embargo, una reacción bravía del rival complicó el trámite. Al final, los Hammers de Edson Álvarez no lograron pasar del empate 1-1, por lo que la eliminatoria se definirá con el Replay, ahora en terreno enemigo.

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El mexicano estuvo dentro del campo durante 75 minutos. Sus grandes actuaciones le han permitido volverse indispensable en el esquema de Moyes. “Eddie” volvió a tener un partido completo al darle sentido al juego desde el fondo y solo se fue a la banca en el tramo final del encuentro, al 75, cuando una tarjeta amarilla vista al minuto 50 condicionaba su labor, sobre todo en un partido tan igualado y tenso.

Y es que lo que parecía un duelo relativamente sencillo para los Hammers terminó siendo una guerra. Los locales abrieron el marcador apenas al minuto 4 con un gran gol de Jarrod Bowen. El delantero recibió un balón a profundidad por parte de Paqueta para quitarse al arquero y definir con un disparo cruzado. El golpe parecía ser letal para un Bristol City que comenzó el encuentro muy metido en su terreno, y ni así pudo evitar el gol.

Pero todo cambió a partir de entonces y una serie de eventos desafortunados mermaron el funcionamiento del West Ham. Apenas al minuto 10, Lucas Paqueta tuvo que salir de cambio por lesión, poco después Mavropanos tuvo el mismo desenlace.

Los Hammers resistieron los golpes y el marcador se mantuvo a su favor. El partido, sin embargo, aún estaba al alcance del rival. Con el paso del tiempo esa sensación se fue haciendo más evidente y en la parte complementaria el duelo entró en un ritmo vertiginoso. Así llegó el gol del Bristol, en un pase a profundidad que agarró mal parado al West Ham al minuto 61. Conway enfiló en el mano a mano frente al arquero y no falló, al definir con un disparo cruzado.

Los minutos finales estuvieron plagados de épica, de jugadores acalambrados, con la posibilidad abierta para cualquiera. No hubo nadie, sin embargo, que se sacara ventaja y ahora habrá un partido extra para definir al ganador de la eliminatoria. Es la magia de la FA Cup.

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