Por segunda vez en los últimos 25 años, los 49ers se pusieron con marca de 3-0 tras vencer 30-12 a los Giants. San Francisco batalló por momentos para poner puntos, pero al final lograron doblegar al equipo neoyorquino en el arranque de la semana 3 de la NFL.

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No fue un partido fácil para San Francisco, o al menos no con la contundencia esperada en el ataque. A los 49ers le costó encontrar la zona de anotación y se abandonaron a la puntería de su pateador Jake Moody, quien anotó sus tres intentos de gol de campo.

Lejos de la versión demoledora y sin el receptor Brandon Aiyuk disponible, Kyle Shanahan optó por un plan de juego mucho más conservador. Tardó en carburar la ofensiva, sin embargo, en el momento en el que Brock Purdy encontró a Deebo Samuel se abrió el mar para los 49ers. El receptor volvió a demostrar su capacidad para ganar yardas después de la recepción y fueron sus jugadas grandes las que le dieron aire al ataque. El primer touchdown del equipo gambusino llegó tras un pase de Purdy a Ronnie Bell, en una jugada que parecía rota y que salvó el quarterback cuando ya le llegaba la presión y encontró en una ventana mínima al novato.

Con la amenaza de Samuel constante, llegó el turno de Christian McCaffrey. El corredor volvió a hacerse presente en el marcador e igualó al histórico Jerry Rice al ver la zona prometida en 12 partidos consecutivos.

LA DEFENSA DE LOS SAN FRANCISCO 49ERS ANULÓ A LOS GIANTS

Con la ofensiva un tanto dubitativa, la defensiva sí fue capaz de cumplir con los pronósticos al dominar al ataque de los Giants, lejos de la explosividad que mostraron la campaña pasada. Daniel Jones se vio presionado en gran parte del encuentro y contadas fueron las veces que logró mover las cadenas.

En el único viaje a la zona roja los Gigantes lograron capitalizar con el corredor Matt Breida, titular ante la lesión de Saquon Barkley. El ex 49er logró ingresar a las diagonales con un acarreo de 8 yardas para meter de manera momentánea a su equipo a la pelea, pero todo fue un espejismo.

San Francisco de a poco tomó ritmo y ya sobre el final del encuentro, montó una extraordinaria ofensiva que culminó con un pase de 27 yardas de Purdy a Samuel. Una jugada que le sirvió al quarterback para tomar confianza al momento de ir a la zona profunda, tan cuestionado en el duelo pasado ante los Rams. No hubo respuesta de los Giants, ni siquiera estuvo cerca.

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